Estadounidense pasó 36 años en la cárcel por un crimen que no cometió
36 tras las rejas por un crimen que no cometió. Eso ha debido vivir Michael Hanline, un estadounidense del condado de Ventura, en California, declarado culpable de asesinato y condenado a cadena perpetua en 1980.
Según consigna el diario «Clarín», el hombre -sentenciado junto a un presunto cómplice por el homicidio de JT McGarry- sería excarcelado el próximo martes 25 de noviembre, basándose en recientes muestras de ADN que se cotejaron y que no arrojaron compatibilidad.
A lo anterior se suman los informes confidenciales de la policía californiana que revelaron datos ocultados durante el proceso al abogado que defendía a Michael Hanline -detenido en la prisión de Solano- y que podrían haber servido para evitar su encarcelamiento.
Se trata de documentos que revelaban que los testigos fueron amenazados y sus declaraciones alteradas.
En el expediente, por ejemplo, figura que Mary Bischoff -ex novia del imputado- atestiguó haber visto a su pareja en esa época salir de su casa con una pistola calibre 38 la noche del asesinato y que había vuelto mojado y embarrado. Sin embargo, ella negó dicha declaración.
Fueron las pruebas del Ministerio Público las que llevaron a Hanline a la cárcel, ya que aseguraban haber encontrado pertenencias de la víctima en una camioneta robada, que conducía junto a su pareja al momento de ser detenido en 1978.
«El fiscal continuará evaluando las pruebas para determinar cómo se procederá (…) Todavía no llegamos a la conclusión de que Hanline sea inocente», señaló. No obstante, admitió «fallas» en el juicio.
JT McGarry desapareció el 10 de noviembre de 1978 y su cuerpo fue encontrado dos días más tarde junto a una autopista con heridas de bala en el cuello y el pecho producidas por un revólver calibre 38.