¡Halló la muerte en un chuzo!

Estaba tranquilamente en la casa tomándose unos traguitos, cuando de pronto le dio hambre y salió en busca de comida, pero encontró la muerte. José Chicaiza, de 48 años, residía en el barrio de Toctiuco, por la calle Juan de Villa, centro de Quito.

Aproximadamente a las 18:00 del martes 24 de julio salió de la casa, caminó pocas cuadras y llegó al mirador del sector que está entre las calles Álvarez de Cuéllar y Joaquín de Quiroz.

El hombre estuvo rondando por la plazoleta para luego dirigirse a un puesto de venta de pinchos, donde compró uno para deleitar su paladar y aplacar ‘la leona’. Con el alimento se dirigió a un asiento de madera. Se ubicó cómodamente y empezó a saborear el exquisito platillo, a la vez que observaba el Centro Histórico.

Repentinamente, José se sintió mal y se derrumbó del asiento ante la mirada de algunas personas que inmediatamente acudieron en su ayuda. Los buenos samaritanos se dieron cuenta que le faltaba la respiración.

Miembros de la Policía del sector, que realizaban vigilancia, solicitaron de urgencia una ambulancia para que los paramédicos atiendan al ciudadano. Los socorristas llegaron, pero ya nada pudieron hacer porque José había muerto.

Miembros de la Dinased realizaron las diligencias de ley. En la inspección del cadáver, los uniformados determinaron que el fallecimiento había ocurrido, aparentemente, por atragantamiento accidental.

Llegó a dormir y no despertó

Otra víctima de atragantamiento fue Carlos Calderón, quien la noche del lunes llegó a dormir a su casa, ubicada en el barrio Panecillo Chiquito, sector de Guamaní, sur de Quito.

Parientes informaron a la policía que Calderón estaba tomado, se acostó y cuando lo fueron a ver, el martes, se percataron que había fallecido.