El bambú, una alternativa para recuperar el medio ambiente
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Esta planta tropical también permite el desarrollo de las economías locales, destaca el director de Inbar.
Punto Noticias. Este sábado 5 de junio se conmemora el Día Mundial del Medio Ambiente, en este 2021, con el objetivo de recuperar los ecosistemas mundiales para 2030.
Ecuador, junto a otros 46 estados, forma parte de la Organización Internacional del Bambú y el Ratán (Inbar), creado en 1997 por la ONU. Desde este organismo se ejecutan programas para fortalecer el desarrollo de capacidades y la sensibilización sobre el uso productivo del bambú y el ratán, en más de 80 países, como destacó Pablo Jácome, director de Inbar, para América Latina y El Caribe.
Contó que vienen trabajando en 11 países de Latinoamérica y el Ecuador, desde el año pasado, en el Proyecto Bambusonía, financiado por el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola, que tiene varios aliados en territorio, donde se desarrollan actividades que permitan mostrar al bambú como un recurso estratégico para el desarrollo de las localidades.
Jácome reivindicó la restauración de los ecosistemas, destruidos por la depredación voraz del ser humano, en una intensidad mucho mayor durante los últimos años, que afecta al medio ambiente con el cambio climático.
Advirtió que cada tres segundos se deforesta un espacio igual a una cancha de fútbol, lo que lleva a pensar que se deben adoptar acciones, no solo a nivel central, sino también a nivel local.
Comentó que esta organización ha llevado a cabo un trabajo muy de la mano con los gobiernos seccionales, especialmente en las provincias de Pastaza, Morona Santiago, Napo y con el Ministerio de Agricultura, buscando alternativas que permitan afrontar los problemas del cambio climático, a través del bambú, que es la planta de más rápido crecimiento a nivel mundial y la más integral.
Señaló el experto que existen más de 12 especies de bambú, identificadas en la Amazonía ecuatoriana, que son nativas, que pueden ser utilizadas en los procesos de restauración de la tierra.
A su entender, vivimos en un momento en el cual tenemos que pensar en un modelo de desarrollo distinto, un modelo de economía circular, con este recurso que es parte de nuestra historia y cultura y que, sobre todo, puede generar muchas alternativas en beneficio del ambiente, de la sociedad y las economías locales, que actualmente son muy afectadas por el COVID-19.