Freile, un experto en contratación pública que busca el cambio
Era una noche de julio del 2015. Solo, con un sánduche gigante en lo alto, se sumó a las decenas de manifestantes que protestaban contra el régimen anterior, en la tribuna de los Shyris. Ahí, Pedro José Freile Vallejo conoció a los 14 ‘pelagatos’, con quienes luego formó el colectivo El Quinto Poder.
“Nos encontramos entre la gente y decidimos hacer algo”, recuerda este abogado de 48 años que tras varias reuniones con su grupo, que coincidencialmente también eran graduados de la Universidad SEK, buscaron la orientación de un líder político. Pensaron en Jaime Nebot, entonces alcalde de Guayaquil. Lo visitaron y les sugirió, refiere, que busquen a un activista, pero no resultó.
Con el colectivo hicieron marchas, visitaron ciudades, conocieron líderes sociales, sindicales, indígenas, y en ese proceso decidieron apoyar la campaña de Guillermo Lasso en los comicios pasados: “Lasso era la posibilidad de pensar en reformar el sistema”.
Tras esa experiencia, Freile junto con su colectivo elaboraron un plan de gobierno basado en los estudios de ordenamiento territorial de cada parroquia, la mitad de ellos tendrían información falsa, según sus análisis. “Hay necesidades de la gente que no están registradas…, el Gobierno no puede atender lo que no conoce”, asevera este quiteño, quien luego envió el plan de gobierno del Quinto Poder a unos 20 líderes políticos.
Pedro José Freile participó en las protestas contra el régimen anterior que se realizaban en la tribuna de los Shyris, Quito. Foto: Cortesía
“La intención era que nos abran espacio para discutir, pero ninguno se interesó en conversar”, admite. Los partidos les respondieron con insultos hasta con una candidatura a la Vicepresidencia, pasando por la invitación del movimiento Amigo, cuyos directivos les indicaron que ellos no participarían en los comicios y que si querían, podían asumir el control de la agrupación, inscrita en febrero con la misma dirección de la sede en Portoviejo que el movimiento provincial Mejor, del exasambleísta Daniel Mendoza, apresado por actos de corrupción en la obra del hospital de Pedernales.
El colectivo aceptó la oferta, sin pagar nada, asegura.
Es perfecto legalmente. (Mendoza) no tiene nada que ver. Tomamos el control y formamos nueva directiva”, indica Pedro José Freile, presidente de Amigo y candidato a la Presidencia en binomio con el ingeniero financiero Byron Solís Figueroa.
Freile es, según su hoja de vida, experto en contratación pública y privada, en negociación, arbitraje y litigio constitucional. Se dedica, explica, a estudiar el perfil de algún proyecto interesante, armar la propuesta y buscar a los potenciales clientes, generalmente compañías extranjeras.
En 23 años de ejercicio profesional ha participado, afirma, en la negociación de obras hidroeléctricas, petroleras e industriales. El proyecto hidroeléctrico Mazar, en Azogues, por ejemplo, afirma haberlo propuesto a la francesa Alstom Power, que en consorcio con otras firmas obtuvo el contrato por $ 80 millones. Su idea era, afirma, darles la información del entorno para que hagan una “oferta inteligente”. “Nos pagaron los honorarios por armar la oferta, conseguir socios…”. Pero no siempre es así, lo contratan para hacer los trámites, asesorarlos, ser su consejero, o hay quienes le proponen comprar solo la idea.
Al año, Freile tiene entre uno y cuatro clientes. “A la familia le toca aguantar años más estrechos”, refiere este quiteño, quien vendió unas propiedades para pagar una deuda bancaria por $ 70.000, en 2017. El 2016 fue difícil. “Nos tocó vender casi todo”, dice este jurista que cree necesario el ingreso de la banca extranjera para que la local “se humanice”.
Él y su esposa, Gabriela Dávalos, también recibieron dos demandas laborales, ya canceladas. Una fue del mensajero de la firma de Freile y la otra de su exempleada doméstica Rosa H., quien se refiere a la familia Freile Dávalos como “bien buenos, tienen una gran calidad humana”. Con ellos laboró del 2014 al 2016.
No ha desempeñado cargos públicos, pero ha asesorado a empresas estatales, como a Hidrotoapi, concesionaria del proyecto hidroeléctrico Toachi-Pilatón. Los orientó en tres periodos, en la creación de un mecanismo para recibir una iniciativa privada, en el análisis de los pliegos en 2007, y un año después trabajó para deshacer la contratación con la brasileña Odebrecht, cuyos directivos reconocieron luego haber pagado sobornos por esta adjudicación y otras obras.
“Nosotros no tomamos decisiones, solo asesoramos.., hicimos las gestiones para que devuelvan los $ 95 millones del anticipo”, cuenta. Juan Almeida, su amigo de la infancia y quien también forma parte del colectivo, lo considera “honesto, generoso, siempre dispuesto a ayudar a los demás”. También destaca su capacidad para resolver las divergencias que surgen en la agrupación: “Se da el tiempo para negociar con todos y llegar a un acuerdo”.
Freile, quien también participó en los mítines de campaña de Rodrigo Paz (1996) y Jamil Mahuad (1998), asegura que no aceptará los recursos dispuestos por el CNE: “Es detestable que el sistema se atreva a presupuestar recursos para uso promocional de las organizaciones políticas”. Su campaña la hará, afirma, con el aporte de los adherentes.
El movimiento no presentó candidatos a la Asamblea Nacional, porque le ofrecieron dinero a cambio de los puestos, asegura Freile, quien cree que al país se lo puede levantar generando recursos propios, como duplicando la producción de petróleo al explotar los pozos que por falta de tecnología no se están produciendo.
Freire, hijo de una docente jubilada y un geólogo que fue funcionario público en Petroecuador, empezó a trabajar a los 15 años como ayudante de un profesor de natación.
Dos años después se graduó de bachiller en el colegio particular Alemán, donde su mamá daba clases y en el que fue presidente de varios cursos y del consejo estudiantil. A esa edad, a los 17, arregló la biblioteca de un jurista hasta que ingresó como mensajero-tramitador en el estudio jurídico Pérez Bustamante y Ponce.
A los 23, ya con su título de universitario, abrió su estudio AFC&L Abogados con unos amigos. Luego se asoció con su madre, Sonia Vallejo. Esta firma reportó ingresos por $ 7.000 el 2019 y $ 10 el 2018.
Es católico, pero considera ‘indigno’ al papa Francisco: “No hay dignidad en recibir como visitantes ilustres a políticos delincuentes…”, opina este aficionado a la natación, quien registra una deuda de $ 378 por cinco multas de tránsito en 2019 por evadir el pago de peaje. “Debo ser yo mismo, gracias por avisarme”, admite y bromea: “¿Casi $ 400?, me va matar mi mujer”. (I)
Sobre el candidato
Edad: 48 años.
Fecha de nacimiento: 18 de enero de 1972.
Profesión: abogado y licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales, graduado en la Universidad SEK.
Idiomas: español, inglés y alemán.
Casado con: Gabriela Piedad Dávalos.
Hijos: 3.
Empresa: socio actual del estudio AFC&L Abogados. También fue accionista de dos firmas, disueltas en 2010, y administró otras seis entre 1996 y el 2007.
Impuesto a la renta: el año pasado reportó $ 15.090; en 2018, $ 1.754; y en 2017, $ 2.649.
Salida de divisas: en los últimos tres años reportó $ 0.
Patrimonio: $ 100.000.