Gabriela Pazmiño es imprudente en “buena onda”

En los últimos meses ha estado en el ojo del huracán. No solo la responsabilizan del cambio de formato de En contacto (Ecuavisa) sino también de ‘robar’ cámara a sus compañeros, estar sobreexpuesta, no ser consecuente al hacer farándula y hasta la culpan de la salida de algunos talentos que pasaron por la revista matinal. Gabriela Pazmiño accedió a sentarse al ‘banquillo’ y respondió a todas nuestras inquietudes.

De programas concurso pasó a una revista de variedades que posteriormente optó por información del mundo del espectáculo, ¿cómo fue esa transición?

Llegué a En contacto cuando era un programa informativo y de entretenimiento, siempre había estado en espacios concurso pero al llegar acá me di cuenta de que tenía que abrir mi abanico como comunicadora y mostrar mi esencia en todas mis facetas, tras 29 años en este negocio.

Y una de esas facetas y que sorprendió es que en farándula se la ve como pez en el agua…

(Risas) A mí me picaban los pies cuando Henry Bustamante y Michela Pincay comentaban sobre farándula. Yo quería entrar porque a mí me gustaba opinar pero por respeto no lo hacía. La televisión es un armar de historias que generan emociones. Cuando Michela salió, yo me quedé con Henry y luego Gustavo Segale me da el segmento Ñañita te cuento con Angello Barahona. Hubo muchos heridos y muertos después de esto, pero lo tomé con mucha responsabilidad.

¿Se imaginó tanto revuelo?

Claro que sí, a mí me gusta contar con puntos, pelos y señales cada situación. Recuerdo que mi madre me decía que si había escogido esta profesión debía estar consciente de que mi luz es tan fuerte que podía generar rechazo en algunos. Tengo 42 años y a estas alturas de mi vida, siento tan presente sus palabras.

¿Y cómo toma las críticas, las lee, las escucha, ve todo lo que se escribe en las redes sociales?

Soy un ser humano, y decir que no me afecta es irreal. Me afecta cuando se meten con mis hijos, con tu honra y hay críticas destructivas. Al final lo único que te llevas a la tumba es tu nombre. No soy masoquista pero me gusta estar empapada de todo, no me tumban al suelo, más bien reflexiono si estoy fallando en algo o puedo mejorar o cambiar. Pero no puedo dejar de ser quien soy por complacer a los demás, el televidente ha crecido conmigo y me conoce y sucede también a la inversa, sé lo que quiere ver, necesita y busca.

¿La Gabriela que se ve en la pantalla es la misma cuando se apagan las luces y las cámaras?

En la casa soy más callada aunque no lo creas pero el corazón es el mismo, late por todo, amo el mundo de la televisión y me involucro totalmente. Pero hay quienes dicen que no está lista para dar y recibir. Estoy lista para recibir siempre y cuando no haya calumnias. Si difaman mi nombre no lo acepto, yo no deshonro el nombre de nadie para que lo hagan conmigo.

¿Cómo surge esto de “soy imprudente pero no mala”?

Qué buena frase (risas). Nace porque a raíz de que me culpan de todo, de las salidas de Andrea Rendón, Michela Pincay, el cambio de contenido del programa y por todo lo que suceda.

¿Y a qué lo atribuye?

A la luz de la que hablaba mi madre, y que no a todos gusta, me molesté cuando me preguntaron de manera calumniosa si por mí salió Érick Mujica. Al ver que me querían hacer sentir como la mala de la película, luego lo de Paola (Farías) y lo ocurrido con Mónica Buchelli que me tildaron de imprudente nació lo de ‘soy imprudente pero no mala’.

Entonces imprudente sí es…

Lo soy pero en buena onda, no de las que va con su segunda para lastimar, dañar y dar un jaque mate. Me he guardado muchas cosas cuando me han advertido que no quieren tocar determinado tema públicamente. Y al marcar números telefónicos al aire y no me contestan o me cierran, yo lo dejo ahí y no pasa nada.

En una anterior entrevista usted me dijo que se visualizaba como la primera dama de este país, ¿sigue pensando igual?

Amén, lo sigo decretando y estoy convencida de que así será. Dios dirá cuándo pero me estoy preparando para Carondelet, la vida es de visualizaciones y lograrlas depende de uno. Vivo el presente en base a lo que quiero en mi futuro.

Otra de sus frases por la que hasta ha sido objeto de broma es “la mujer sabia edifica su casa”…

Sí y la mantengo. La sabia edifica, la necia destruye, guardo silencio y soy compasiva pero cuando no me gusta algo te lanzo una mirada fulminante y hablo porque tengo un espejo en el cual se miran mis hijos. Si me lo manchas créeme que no me quedaré callada, te pondré un pare porque no hacerlo sería aceptarlo, mi nombre se respeta.

¿Para qué cosas es mala?

Para pelear. No me gusta, evito las confrontaciones y la polémica.

¿Nunca arrastraría a una grilla?

No lo hice en el pasado, no tendría por qué hacerlo ahora. Soy una dama y una madre.