El acompañamiento emocional es clave en actual régimen escolar, dicen especialistas
En el caso de que se autorice un posible regreso a las clases presenciales, los primeros en asistir a los planteles educativos serán los adolescentes, así lo anunció Monserrat Creamer, ministra de Educación.
En Quito, el periodo lectivo 2020-2021 se inició esta semana bajo la modalidad virtual, el mismo sistema que se mantiene en Guayaquil y el resto del país, a propósito de la pandemia del COVID-19.
Profesionales de la educación reflexionan sobre cómo van a tomar los adolescentes este ingreso a las clases de forma presencial y cuáles serían las dificultades que enfrentarían luego de pasar más de cinco meses en confinamiento.
Aseguran que los jóvenes pueden comprender de manera más fácil la realidad actual y sobre las medidas de bioseguridad que deben cumplir durante todo este tiempo en los planteles, como el uso de mascarilla, distanciamiento social y el lavado de manos.
Pero el aspecto emocional es uno de los puntos fundamentales por tratar, coinciden.
Estrés, ansiedad y angustia son sensaciones con las que pueden enfrentarse los adolescentes ante un posible retorno a las aulas de sus planteles.
“El adolescente tiene otras inquietudes. Su preocupación es no poder salir con su grupo de amigos al centro comercial, o se siente irritado porque no puede hacer deporte, ese tipo de cosas”, recalca Camila Donoso, psicopedagoga.
Asegura que los adolescentes están en su etapa de independencia, distraerse y salir a realizar sus actividades habituales, por eso es que se pueden producir cierta angustia y problemas en su salud mental.
Según la psicopedagoga Rebeca Gavilanes, esto suele ser un poco inconsistente. “Poniéndonos en la mentalidad de aquel adolescente, el hecho que te digan ‘puedes ir al colegio, pero no puedes salir con tus amigos al mall’, entonces en estos jóvenes que están en toda la etapa de rebeldía sí va a ser mucha inconsistencia”, señala la profesional en educación.
Agrega que se tiene que trabajar en la parte emocional para tener un buen aprendizaje pedagógico en esta situación actual que se está viviendo.
También indica que tiene que haber sensibilización por parte de las autoridades, donde, según la psicopedagoga, tienen que modificar su currículum y que los docentes que han sido afectados económicamente y emocionalmente por la pandemia tienen que tener también un acompañamiento emocional.
Leonor Díaz, psicóloga clínica, especializada en educación, expresa que lo más importante para los jóvenes en estos momentos es tenerlos bien informados y no enfocarse en lo negativo sino en lo que sí pueden hacer día a día.
“Las reglas y la estructura social van a cambiar, ya no podrán abrazarse ni darse una palmada, saludarse con la mano, entonces desde casa podemos también explicarles un poco de esta normalidad, o sea, cómo va a ser, para que ellos estén más informados y se sientan seguros a la hora de actuar”, sostiene la psicóloga.
Admite que no hay que alarmar a los adolescentes ni ser fatalistas, que es necesario usar un lenguaje positivo y que los padres traten de escuchar a sus hijos. “Como padre yo voy a darme cuenta de si mi hijo está cambiando cierta actitud, conducta, emoción. Si es que antes le emocionaba ir al colegio y ahora ya no quiere, hay que estar alerta a los cambios que puedan presentar para responder ante ellos”, advierte Díaz.
Joseline Bayas, especialista en educación y quien asesora a padres en terapias y casos de refuerzo escolar, dice que lo primero que les recomienda a los padres es que no se dejen consumir por la ansiedad y darles tranquilidad a sus hijos.
“También darles voz y voto y decirles tal vez: ‘¿tú quieres ir a la escuela?, ¿te sientes tranquilo?’, puedes hacerlo progresivamente. Esto se dialoga en familia, lo emocional va de la mano con lo educativo”, finaliza la especialista. (I)