Violencia que termina en muerte

A partir de que las fotos y el video donde se ve la violencia ejercida sobre ella, las reacciones han variado desde el rechazo contra Escobar e incluso contra a Eliana.

“El proceso ha sido revictimizante no solo en lo legal, sino una reacción de culparla a ella”, dijo Narváez.

En este sentido, para ella, este caso enciende las alarmas, pues la normalización de la violencia contribuye a la impunidad, ya que según las cifras oficiales los femicidios han disminuido, pero no reflejan la realidad.

“La respuesta de la justicia es ineficaz, no repara y no ayuda a las víctimas”, manifestó.

El deseo de la defensa es que se cambie la tipificación del delito de violencia y lesiones, a tentativa de femicidio, pero aún deben evaluar el expediente para echar a andar mejores estrategias.

Hace pocos días, Aldea hizo público un mapa de femicidios, como resultado del monitoreo realizado por la Red de Casas de Acogida, la Comisión Ecuménica de los Derechos Humanos (Cedhu). Allí se destaca que en lo que va del 2018, 60 vidas de mujeres se han perdido por la violencia.

De este rubro, el 7 % de las víctimas eran niñas de 0 a 5 años de edad, el 62 % tenían de 15 a 36 años. Como consecuencia de aquello: 74 niñas, niños y adolescentes quedaron en situación de orfandad y necesitan atención, protección y reparación.

Además, el 83 % de los casos los femicidas fueron sus parejas o exparejas y en el 10 %, los femicidas fueron los padres o padrastros de las víctimas.

Psicóloga

Cómo salir de relaciones tóxicas

Culpar a la víctima es una de las reacciones de la sociedad. Según la psicóloga Alejandra Burbano, en estos casos es necesario analizar el entorno social y familiar de las personas que componen una relación tóxica.

Ella plantea que la agresión es progresiva, es decir, que poco a poco el victimario va mermando la confianza de su pareja.

“Crea una falsa percepción de soledad, incluso la aleja de sus redes de apoyo, haciéndolas sentir que no tienen a nadie”, sostiene.

Esto se refleja en el “qué puede merecer o qué se puede conseguir”, sumado a la vergüenza de lo que se ha llegado a tolerar. “Es difícil reconocer lo que me ata a otra persona. Además, con una sentencia de dos meses las demás mujeres van a sentir que no vale la pena denunciar”, expresa

Para romper este círculo lo más importante es reconocer el problema y buscar ayuda.