El regreso de la Cenicienta trae mucha magia
Por fin llegó la oportunidad de ver la nueva cinta de Disney, La Cenicienta, pero ya no en dibujos animados, sino totalmente live-action.
El anuncio de esta película se dio hace aproximadamente más de 1 año, donde nos presentaron una zapatilla de cristal, causando así la emoción de muchos al tocar fibras sensibles de nuestra infancia al recordar un cuento tan conocido como es este.
Disney ha optado por re-crear sus éxitos de antaño, con tal de acercarlos a las nuevas generaciones, que bien sabemos ya no se sorprenden con dibujos coloreados o animaciones de primer nivel. Sin embargo, al saber que la Cenicienta regresaría a la pantalla grande, nos preguntamos si una historia como esa tenía cabida en este mundo contemporáneo, porque no hay que negar que esas “fábulas” agotaron hace bastante tiempo su sentido.
La historia es la misma que de la cinta animada de 1950. Una pequeña niña queda huérfana de padres, a cargo de su malevola madrastra, quien será relegada al trabajo domestico por ella y sus hermanastras. Conocerá al príncipe, se enamoran profundamente y se casan. No hay ni un ligero cambio, a comparación de otras películas de Disney como Frozen o hasta Maléfica, donde lograron dar una vuelta a esto del “final feliz con boda”, para abrir nuevos caminos en la narrativa de los cuentos de hadas.
Pero, al final de cuentas, es una producción que sabe perfectamente a qué grupo va encaminada: el infantil. Aunque envíe mensajes erróneos que ya no van de acuerdo a los cánones actuales, no deja de ser entretenida, pero hay que verla con esta mentalidad de niños, pues es una distracción infantil.
Independientemente de la historia, hay varios aspectos que resaltar de la película, Para empezar, las actuación de Lily James como La Cenicienta logra darle más profundidad al personaje -que en la original solo cantaba con los pajaritos y barría la casa-, conocemos la historia de sus padres y que es el recuerdo de ellos, los que la incita a no dejarse caer por los malos tratos de la vida. si algo nos ha enseñado Disney, es que el “amor de la familia” lo puede todo.
Cate Blanchett se distingue sobre el elenco. Es una increíble actriz que ha demostrado poder interpretar a quien sea, y lo logra en esta cinta, le suma perversidad al personaje. La envidia que corroe sobre Lady Tremaine por la benevolencia de Cenicienta, es la que la hace explotar toda su malicia y resentimiento contra esta, si a ella le arrebataron su felicidad, nadie podrá tenerla.
Ellas dos son las que sostienen la película, en la parte actoral, pero se ven acompañadas con el impresionante diseño visual que tiene TODA la historia. El vestuario estuvo a cargo de Sandy Powell y es impresionante lo que hace con cada uno de los personajes, a través de la vestimenta refleja las emociones y circunstancias de cada uno.
En cuanto al diseño de producción, fue trabajo de Dante Ferretti y es una delicia para el ojo, cada detalle esta cuidado para ambientar la historia en lo que parecería una localidad francesa, inglesa o cualquier poblado “mágico” europeo.
Será un éxito en taquilla y un gusto para las nuevas generaciones, si le quieren dar una oportunidad, pasarán un buen rato.