El hombre que se rompió un tendón jugando Candy Crush y no se dio cuenta… por seguir jugando
Algunos hardcore gamers podrán decir «se lo merecía», pero personas más bondadosas compadecerán al sujeto anónimo que, después de varias semanas, se dio cuenta que se había roto un tendón de la mano por jugar de forma compulsiva Candy Crush.
A pesar de que las lesiones en los tendones son muy dolorosas, el jugador no sentía mayores molestias debido a que usaba al propio juego que causó su daño físico como analgésico virtual de forma inconsciente. De acuerdo con los médicos que lo atendieron, el hombre no notaba ningún dolor mientras jugaba y sólo sentía molestias cuando realizaba otras actividades.
El caso ha cobrado importancia porque muestra que, en cierto sentido, los videojuegos pueden servir como analgésico para algunas personas, así como tener los mismos efectos de una adicción.
«Tenemos que ser conscientes de que ciertos videojuegos pueden actuar como analgésicos digitales. Además de entender que su uso constante debe de ser catalogado como una adicción», dijo Andrew Doan, co-autor del informe del caso y jefe de investigación del departamento de adicciones del Centro Médico Naval de San Diego.
Según registra el informe médico, el gamer de 29 años de edad fue al médico porque su pulgar izquierdo se encontraba lastimado y tenia problemas para moverlo. El paciente indicó que había pasado las últimas ocho semanas jugando Candy Crush durante todo el día y que, al ser un juego casual, podía realizar otras actividades mientras seguía jugando.
Una resonancia magnética en la mano dañada reveló que el hombre se había roto un tendón involucrado en el movimiento del pulgar, y necesitaba una cirugía inmediata para reparar el daño. Los doctores se sorprendieron porque la rotura del tendón se produjo en un área que suele ser muy dolorosa, pero el paciente indicó que no sentía dolor mientras jugaba en su smartphone.
Aparentemente, el gamer liberó analgésicos naturales de su cuerpo al jugar Candy Crush, sintiendo el mismo tipo de placer que tienen los deportistas de alto rendimiento. Sorprende saber que el personaje no presenta los síntomas de un adicto a los videojuegos, debido a que sólo jugaba para pasar el tiempo, aunque su compulsión puede deberse a que recientemente se había quedado desempleado.
«Aunque éste es un caso único, la investigación resultante podría ayudar a descubrir si los videojuegos tienen un papel en el manejo del dolor clínico y como alternativa no farmacológica durante procedimientos médicos dolorosos», indica el reporte.
El doctor Doan recomendó limitar los espacios para los videojuegos a no más de 30 minutos al día, tiempo que incluso puede reportar beneficios para los jugadores, como mejorar sus reflejos o su habilidad cognitiva. Doan señala que, si bien el caso analizado es particular, es necesario tener en cuenta los efectos que un videojuego puede tener sobre el cuerpo y la mente humana, tanto para bien como para mal.