El fútbol de acá, lejos del de allá
River-Boca debía ser, además de las semifinales de Champions, el tema de la semana. No lo mereció. Fue un partido ordinario entre dos adversarios que llevan la rivalidad a límites que desbordan lo deportivo y lo hacen caer en la grosería futbolística, casi en la estupidez. Juegan a ver quién es más macho, y se convierte en un amasijo de piernas furibundas que tratan de bajar al oponente y, si es posible, inferirle algún daño. Gago hace el ademán de que tiene frío para cargar a River (los de Boca se mofan de los de River tildándolos de pechos fríos)…
f:eu.d






