Coronavirus: Muerte de infante en hospital de Tulcán moviliza a un grupo de migrantes
El fallecimiento de una bebé de siete meses en el hospital Luis Gabriel Dávila de Tulcán, quien luego fue inhumada en el cementerio Azael Franco con base a los protocolos de COVID-19, movilizó a más de quince ciudadanos venezolanos hasta los exteriores de esa casa de salud.
Un piquete de policías debió actuar para frenar el ingreso de los extranjeros, quienes solicitaban una explicación sobre el procedimiento aplicado en este caso. Ellos aseguraron que la menor no estaba contagiada del virus.
La niña murió tras permanecer internada por varios días en esta unidad sanitaria estatal. Hildamar Campos, madre de la fallecida manifestó que su hija cuando tuvo dificultad para respirar fue intubada y murió. «La llevaron hasta la morgue y no me la entregaron», dijo.
La desesperada madre indicó que la jefa de Pediatría les comentó que se trató de una muerte natural, pero que debían cumplir los protocolos que hoy se estilan debido a la pandemia global.
Según Campos, la intención era enterrar a la pequeña dignamente, pero no les dieron la oportunidad de verla, ni de darle el último adiós. El grupo protestó por varios minutos, logrando que uno de los familiares se reúna con el responsable de la casa de salud.
El padre de la nena, Irán Parra, quien ingresó a la gerencia del hospital insiste en que si la infante no murió con el virus, están pidiendo que les informen en qué sector del campo santo se encuentra el cuerpo de descendiente.
Andrés Puetate, gerente del Luis Gabriel Dávila, aclaró que la bebé cuando ingresó a este establecimiento presentaba varias patologías que obedecían a fallas multiorgánicas que le provocaron el deceso.
El galeno agregó además que en las últimas 48 horas registró síntomas respiratorios y pereció. «En el contexto del momento que vive el país estos cuadros respiratorios se manejan con una sospecha de COVID-19, razón por la que fueron activados los protocolos correspondientes», enfatizó.
El salubrista puntualizó que la niña no fue enterrada en una fosa común como se especuló y que brindarán toda la información a la familia. Aquello habría tranquilizado a los migrantes.
El fin de semana una persona murió desplomándose en una avenida de Tulcán, hecho que alarmó a la ciudadanía, ya que se pensó que se trataba de un paciente con COVID-19. Horas más tardes se comprobó que sucumbió por causas naturales, ya que padecía de una enfermedad cardiovascular.
La municipalidad actuó inmediatamente aplicando los protocolos de emergencia sanitaria por coronavirus. El cadáver fue trasladado por la Policía Nacional en un contenedor refrigerado directamente al cementerio local, inmediatamente obreros municipales se encargaron de fumigar el espacio donde fue identificada esta persona. (I)