El desacato a las medidas de bioseguridad como evitar aglomeraciones, reuniones masivas, consumir bebidas alcohólicas en la vía pública, entre otras, es una constante que preocupa en varias localidades, tanto urbanas como rurales de la provincia de Tungurahua.

Aún más cuando se anunció que desde esta semana se realizarían más pruebas rápidas y PCR ante el aumento de la tasa de casos positivos de coronavirus y leve incremento en la cifra global de la provincia.

Hasta el martes, Tungurahua registró 6.324 contagios de COVID-19, según el reporte del Ministerio de Salud Pública (MSP). Ambato es la jurisdicción con más incidencias del virus (4.298 contagiados).

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A nivel nacional hasta el martes hubo 181.104 casos confirmados con pruebas PCR. La pandemia ha causado la muerte de 8.681 personas y otros 4.344 decesos probablemente tendrían relación con el virus.

Según Diego Flores, intendente de Policía de Tungurahua, los operativos para controlar las aglomeraciones y otras situaciones prohibidas son frecuentes. Entre el 9 y 15 de noviembre, indicó, en Ambato se clausuraron dos licoreras por incumplir el horario de funcionamiento: de lunes a jueves de 14:00 a 22:00 y entre viernes y sábado, desde las 14:00 hasta las 23:00.

El funcionario refirió que en los operativos participa personal del Municipio ambateño y que entre el viernes y sábado anteriores se sancionó a 21 personas por no utilizar mascarilla y a seis por conducir en estado etílico.

Asimismo, dijo que en la parroquia rural de Picaihua se desalojó una cancha sintética por no cumplir con el aforo del 30% y se suspendió una fiesta de DJ que tenía la concurrencia de 70 personas.

Mientras, en la parroquia García Moreno, del cantón Pelileo, se identificó una fiesta clandestina con la aglomeración de más de 150 personas que no cumplían con las normas de bioseguridad, porque ni siquiera utilizaban mascarillas y estuvieron ingiriendo bebidas alcohólicas.

En tanto, en el caserío Unión y Progreso, de Tisaleo, de igual manera se impidió el desarrollo de un rodeo taurino.

La gobernadora de Tungurahua, Gabriela Rodríguez, dijo que preocupa “el relajamiento” que hay, sobre todo, en los jóvenes, porque en los operativos se los ha visto en las calles consumiendo licor y en fiestas clandestinas.

“Hacemos el llamado a los padres de familia que sepan que todavía no es momento de que nuestros jóvenes salgan. Si las clases están suspendidas (de manera presencial) para que no haya este tipo de aglomeraciones y este tipo de reuniones, no se deben hacer los acercamientos de los jóvenes con fiestas. Por esa razón el llamado a los padres de familia a que nos ayuden a trabajar de la mano”, manifestó ella.

Comentó que las autoridades están atentas ante lo que pueda suceder, porque según los datos oficiales no hay disminución de casos de COVID-19. “Por eso que hacemos el llamado a la ciudadanía para que se cuide porque se debe tener en cuenta que no está autorizado hacer fiestas”, insistió la funcionaria.

Rodríguez sostuvo que la provincia tiene un comportamiento de indisciplina, ante lo cual advirtió que van a seguir los controles en las distintas parroquias y cantones con el apoyo de los tenientes políticos, jefes políticos y comisarios. Los operativos se mantienen los fines de semana.

Incluyen plazas y mercados para luego trasladarse a ver si hay alguna fiesta clandestina, así como aglomeraciones en canchas de fútbol, ecuavóley y básquet en donde se evidencia que la gente se ha relajado.

“Como autoridades hacemos nuestro trabajo, pero hacemos un llamado a la conciencia social para trabajar de la mano, porque la activación y la reactivación son importantes dentro de la provincia, pero si no hay salud no hay reactivación”, remarcó la gobernadora.

Finalmente mencionó que el área urbana de la provincia al ser mayor requiere de más control y que es en donde hay más situaciones de incumplimiento de las normas, pero que los tenientes políticos no han bajado la guardia y siguen ejecutando los operativos. (I)