comer tomate

El alimento que reduce el colesterol ayuda a la producción de colágeno y protege a las quemaduras solares

El tomate es uno de los alimentos más versátiles y nutritivos y ocupa un lugar destacado en nuestra dieta mediterránea. Al ser rico en vitaminas, minerales y compuestos bioactivos, contribuye de diversas maneras a mejorar el bienestar general y reforzar nuestra salud. La Fundación Española de Nutrición (FEN) recoge todas las propiedades de esta fruta. Si tienes alguna inquietud recuerda contactarnos a través de nuestras redes sociales, o regístrate y déjanos un comentario en esta página para poder ayudarte. También puedes participar en el WhatsApp Ecuador.

 

El tomate

Uno de los beneficios más significativos del tomate es su capacidad para ayudar a reducir los niveles de colesterol en el cuerpo. Son ricos en fibra y antioxidantes, especialmente en licopeno, un potente carotenoide que le da al tomate su color rojo característico. El licopeno ha demostrado ser eficaz en la reducción del colesterol LDL, conocido como el “colesterol malo”. El LDL puede acumularse en las paredes de las arterias, aumentando el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Al consumir tomates regularmente, se puede contribuir a disminuir estos niveles de LDL, promoviendo una mejor salud cardiovascular.

Por otro lado, el colágeno es una proteína esencial para la salud de la piel, los músculos, los tendones y los huesos. Una de las maneras en que el tomate contribuye a la producción de colágeno es a través de su contenido de vitamina C. El colágeno se sintetiza en el cuerpo a partir de aminoácidos, y la vitamina C es crucial para este proceso, ya que actúa como un cofactor en la producción de colágeno.

Consumir tomates regularmente puede ayudar a mantener niveles adecuados de vitamina C en el cuerpo, lo que a su vez fomenta la producción de colágeno. Esto no solo es importante para la salud de la piel, sino también para mantener la elasticidad de los tejidos, la fortaleza de los vasos sanguíneos y la cicatrización de heridas. Por lo tanto, una dieta rica en tomates puede contribuir a mantener una piel más firme y saludable, así como a mejorar la salud general de los tejidos conectivos.

El tomate también ofrece protección contra los daños causados por la exposición al sol. Esto se debe, en gran parte, a su alto contenido de licopeno, puesto que este antioxidante ayuda a neutralizar los radicales libres producidos por la radiación ultravioleta (UV) del sol, que pueden dañar las células de la piel y provocar quemaduras solares. Algunos estudios previos han demostrado que el consumo regular de estas frutas puede aumentar la resistencia de la piel a las quemaduras solares, reduciendo la inflamación y el enrojecimiento causados por la exposición al sol. Aunque no reemplaza el uso de protector solar, el tomate puede ser un complemento dietético efectivo para mejorar la protección natural de la piel contra el sol.

Además, es una excelente fuente de vitamina C, un nutriente esencial con múltiples funciones en el cuerpo más allá de la producción de colágeno, ya que protege las células del daño causado por los radicales libres. Esto ayuda a prevenir el envejecimiento prematuro y reduce el riesgo de enfermedades crónicas.

Otro beneficio clave del tomate es su contenido de vitamina A, en forma de betacaroteno. La vitamina A es vital para la salud ocular, pues contribuye al mantenimiento de la retina y a la producción de rodopsina, un pigmento necesario para la visión en condiciones de poca luz. Además, es una vitamina fundamental para el sistema inmunológico por la función de las mucosas, que actúan como una barrera contra infecciones.