200.000 habitantes de tres cantones de El Oro, a la espera de la ejecución de nueva red de agua

“El agua llega por horas, y cuando hay algún daño en las tuberías, tarda hasta cinco días”, comentó Glenda Yánez, del barrio Virgen del Cisne, parroquia Puerto Bolívar, de Machala. En zonas de El Guabo y Pasaje, el servicio es similar, deficiente e irregular, porque el acueducto regional que abastece a estos tres cantones de El Oro cumplió su vida útil y tiene fisuras y daños frecuentes que causan cortes del suministro.

“Si nosotros metemos más presión, la tubería se revienta”, dijo César Encalada, alcalde de Pasaje. En mayo, el 30 % de Machala, el 50 % de El Guabo y parte de Pasaje se quedaron sin el servicio por dos días.

La solución sería la optimización del sistema de agua, según los alcaldes de los tres cantones de la Mancomunidad La Esperanza. Esta obra fue adjudicada el 11 de septiembre al consorcio La Esperanza 2020, formado por las firmas Netibuk, DWC-Grupe, Consorconstru y el contratista Helio Cedeño.

Uno de los dueños de Netibuk es una empresa vinculada al ex secretario de Presidencia Eduardo Jurado; mientras que Consorconstru y DWC-Grupe tuvieron como socios a Stalyn y Jessef Zamora.

El proyecto está detenido, porque aún no se firma el contrato, debido a cuatro medidas judiciales, dos desestimadas y dos abiertas en septiembre.

Una de ellas, una acción de protección, la inició el abogado quiteño David Carrión en contra del Sercop y la Mancomunidad por presuntas irregularidades en el proceso de contratación, y con ella busca anular la adjudicación de la obra, que costará $ 29,8 millones.

“Al Sercop por omisión, porque debió haber vigilado sus observaciones; y a la Mancomunidad, porque hace caso omiso y adjudica”, dijo Carrión, al referirse a un oficio del Sercop, en el que –tras analizar reclamos de contratistas– señaló que hay requisitos técnicos que limitarían la participación de otros oferentes.

Carrión afirmó que tampoco se corrigieron y actualizaron los estudios y diseños de la obra para incluir productos nacionales, lo que pidió Senagua en marzo al alcalde de Machala y presidente de la Mancomunidad, Darío Macas.

Macas refirió que los materiales sí son nacionales, mientras que las tuberías de hierro dúctil no se fabrican en el país, pero se aprobaron por cumplir normas técnicas y su durabilidad de 50 años.

“Tenemos experiencia exitosa en proyectos con este tipo de tuberías”, dijo Juan Piana, procurador del consorcio.

Carrión también denunció que la licencia ambiental la obtuvo la empresa de agua de Machala Tripleoro, en 2015.

Este permiso, justificó el alcalde de Machala, lo renovó la firma en 2018 y 2019 porque ellos desarrollaron el proyecto, y cuando se formó la Mancomunidad, hace un año, les cedieron el proyecto, apuntó.

La nueva red, de 28,13 km, se ejecutará de forma paralela al actual acueducto y se inicia en la captación de agua en el río Casacay, pasa a la planta La Esperanza, al tanque El Vergel (El Guabo) y llega a la parroquia El Cambio (Machala).

Con el nuevo trazado, y obras relacionadas del plan maestro del sistema de agua, se tendrá una cobertura del 100 % para los 500.000 habitantes de los tres cantones. En Pasaje y El Guabo, el 50 % de su gente tiene agua, y en Machala, el 85 %. A esta cobertura llegan porque, además del acueducto, tienen otras fuentes de abastecimiento, como la planta Danesa (en Machala), que capta agua de doce pozos profundos.

Luis Erreyes, presidente del Comité de Defensa de las Aguas del río Casacay, sigue otra acción de protección, en la que pide una indemnización de $ 10 millones para la parroquia Casacay, afectada por la disminución del caudal del río.

Erreyes se quejó porque dijo que no hubo socialización del proyecto en la parroquia, lo cual negó Macas, quien cree que esta acción se inició por desconocimiento: “Los ríos no son propiedad de ninguna parroquia, son del Estado”. Cuando las medidas judiciales sean absueltas, apuntó, se hará la obra. Hasta eso, los 200.000 habitantes que reciben agua por el acueducto continuarán con un sistema deficiente. (I)

Costo de obra

La obra, cuyo plazo es de 15 meses, fue adjudicada por $ 29,8 millones. El 75 % ($ 22,3 millones) proviene de un crédito no reembolsable y el restante 25 % ($ 7,4 millones) lo cubrirán los tres municipios.

Se destinarán $ 495.000 para compensación

La obra contempla un plan de compensación por $ 495.330, monto que se destinará a la socialización, en la contratación de mano de obra local, en un presupuesto para fiestas patronales y también para mejoras en las comunidades.

A los propietarios de los 150 predios dedicados al cultivo de cacao (29 ha) y banano (30 ha), afectados con la construcción del nuevo acueducto, se les dará una compensación económica, $ 34.800 por las plantas de cacao, $ 1,50 por unidad; y $ 90.000 por las de banano, a $ 2 cada una.

Se construirá una cancha sintética para la población de Casacay, en Pasaje, por $ 135.000; y se reforestarán las 5 hectáreas que se afectarán con la obra.

El plan también comprende dos proyectos vinculados a la subcuenca del río Casacay. El primero busca crear un plan de manejo sustentable y verificar el estado de los acuíferos; y el segundo, un estudio de la capacidad y necesidad del recurso de la subcuenca del río. Se tenía previsto hacerlo en el segundo semestre del 2021, por $ 140.000.

Obra al 2050 se proyecta con déficit

El nuevo trazado del acueducto, de 28,13 km, se proyectó para dotar del servicio de agua a estos tres cantones los próximos 30 años, al 2050. Pero para esa fecha se estima que haya un déficit del líquido por crecimiento poblacional.

El acueducto existente dota actualmente a Machala con 382 litros de agua por segundo (l/s); al 2022, luego de la ejecución de la obra, proveerá de 450 l/s; pero al 2050 se calcula un déficit de 566 l/s. En el caso de El Guabo, el faltante será de 139 l/s; y en Pasaje, de 40 l/s.

“Para el 2051 se necesitarían otras fuentes de abastecimiento de agua, que podría ser la misma, pero con otro acueducto para que haya más agua”, estimó Darío Macas, presidente de la Mancomunidad y alcalde de Machala.

El proyecto comprende nuevas consultorías sobre otras fuentes que se podrían usar a futuro, como aguas subterráneas o del río Vivar, en Machala, o la captación desde las quebradas San Jacinto y Villacrés, en El Guabo, o Loma Pelada, en Pasaje. (I)