Diagnóstico presuntivo de tumor cerebral, antecedentes de parálisis cerebral infantil y positivo para COVID-19, ese era el panorama que presentaba un niño de 5 años.

Esto, antes del ingreso a una cirugía de colocación de una válvula de derivación ventrículo-peritoneal, operación de la que salió avante.

La operación se realizó el viernes anterior en el Hospital de Especialidades de Portoviejo y contó con el apoyo de once profesionales médicos, tanto de este hospital como del Verdi Cevallos Balda, también de la capital manabita.

El procedimiento ayudó a remover líquido en exceso presente en el cerebro, el cual genera presión en este.

La válvula controla la cantidad de líquido drenado, que fluye por sonda hasta el abdomen, que luego es absorbido por el cuerpo.

El proceso de recuperación posquirúrgico del menor se cumple en la sala de hospitalización de COVID-19 del Hospital de Especialidades.

Para ello, los profesionales de la salud monitorean la evolución permanentemente.

Según el equipo médico, su condición de salud es estable y se derivará a un centro asistencial de tercer nivel de Quito para sobreponer a los otros problemas de salud.

Según un comunicado de la Coordinación Zonal 4 del Ministerio de Salud Pública (MSP), esta intervención quirúrgica de este tipo en el sector privado puede sobrepasar los 5000 dólares, a más del valor de la válvula que se acerca a los 600 dólares.

De acuerdo con especialistas en neurocirugía, dolor de cabeza, deterioro neurológico, crisis convulsivas, falta de equilibrio, mareo, visión doble o que un brazo, una pierna, un lado del cuerpo se debilite o paralice pueden ser algunos de los síntomas de un posible tumor cerebral. (I)