33 centros de tolerancia se han clausurado en Quito desde que empezó la pandemia Covid-19
Desde que inició la emergencia sanitaria ocasionada por la pandemia del coronavirus, se hicieron varios operativos de control y se clausuraron 33 centros de tolerancia en Quito.
Durante el estado de excepción, que prohibía o limitaba el derecho a la reunión, a la libre asociación, al tránsito, se clausuraron 18 centros de tolerancia, después del 12 de septiembre, se clausuraron 15.
Empieza la noche… “Recién llegué –”
Gracias a una denuncia ciudadana, clausuramos NightClub clandestino en #Quito
Sin mascarilla, consumo de — y obviamente sin distanciamiento.
Los controles serán insuficientes si la ciudadanía no lo comprende.Gracias @PoliciaEcuadorpic.twitter.com/m3fbUQ1xpn
— Daniela Valarezo V. (@danivala1808) July 19, 2020
«Hasta el 12 de septiembre, para nosotros era más sencillo clausurar, porque nos amparábamos en el estado de excepción y precisamente, en esos días tuvimos la mayor cantidad de clausuras, porque estos sitios empezaron a incumplir las disposiciones del COE Nacional», dice Daniela Valarezo, Intendenta General de Policía de Pichincha.
Al finalizar el estado de excepción, el alcalde de Quito, Jorge Yunda, emitió una resolución para que funcionen, exclusivamente, los restaurantes, pero, muchos locales debido a la difícil situación, obtuvieron licencias del Municipio para su funcionamiento como restaurantes, entre ellos, bares, discotecas y centros de tolerancia, cuenta la intendenta.
Lamentablemente, algunos no tenían las condiciones de un restaurante, no tenían cocina, carta con un menú, espacios adecuados para las bombonas de gas, etc. Entonces, esos establecimientos que no tenían condiciones para ser restaurantes los clausuramos, explica la intendenta.
En el norte de Quito, por ejemplo, algunos centros de tolerancia empezaron a funcionar como restaurantes, hostales o pensiones y pudimos identificar que había actividad de trabajo sexual en el interior y fueron clausurados, cuenta la intendenta.
En hostales que tienen una certificación turística, es el Municipio de Quito quien debe hacer las inspecciones. Es bastante delicado para nosotros ingresar a ese tipo de establecimientos para evidenciar si están o no haciendo trabajo sexual, sin embargo, en aquellos que se ha tenido la presunción que existe algún delito conexo, hemos ingresado y clausurado como lo hicimos el fin de semana en La Mariscal, dice la intendenta.
De los 33 centros de tolerancia clausurados, exclusivamente, por actividad sexual, 18 son centros que no debían funcionar y funcionaron, los 15 restantes, son hostales o restaurantes que en su interior se realizaba trabajo sexual.
Aquí existe un inconveniente, dice Daniela Valarezo, lo de fondo es que hay espacios en los que nunca se les debe dar un permiso, porque el uso de suelo es prohibido, o porque esa actividad ya tuvo antecedentes negativos hace algunos años y hay que sancionar a los predios de estos establecimientos, pero la ley no contempla esto y las autoridades municipales vuelven a otorgar permisos.
Tenemos algunas trabajadoras sexuales autónomas que están en el Centro Histórico de Quito reclamando que se habiliten sus espacios para trabajar, pero, mientras haya una emergencia sanitaria hay que precautelar la salud de todos, entonces, entiendo que las autoridades sanitarias locales no avalarán ese pedido en los próximos días, dice la intendenta.
El trabajo sexual clandestino genera una cadena de delitos, áreas que no son adecuadas, trabajadoras sexuales que, a lo mejor, no se hacen chequeos permanentes de salud y más probabilidades de contagio de Covid-19, explica la intendenta.
«Por eso desde la Intendencia hemos propuesto mesas de trabajo con las autoridades municipales que son las encargadas de controlar el espacio público y seremos respetaremos las decisiones que tome la autoridad, pero, siempre estamos sugiriendo que se evalúe bien qué es mejor: suspender o tener este fenómeno en las calles, que tampoco es positivo para un desarrollo sociocultural de Quito», concluye la intendenta. (I)