La Universidad Salesiana abrió sus puertas para albergar a indígenas que llegan a Quito
Desde ayer por la noche, las instalaciones de la Universidad Politécnica Salesiana (UPS) se convirtieron en un albergue temporal destinado a cientos de indígenas que llegaron a la capital con el fin de expresar su malestar por la eliminación del subsidio a la gasolina y diésel.
Alumnos, docentes y autoridades se organizaron para atender y coordinar la logística de alimentación, transporte, aprovisionamiento de víveres, etc. En el coliseo se distribuyeron colchones y en los patios se instalaron carpas.
José Juncosa, vicerrector de la UPS, explicó que la institución decidió abrir sus puertas a los indígenas “conforme a una tradición de apoyo humanitario y de empatía con las organizaciones sociales”.
La universidad prioriza la acogida a mujeres, niños y adultos mayores, quienes recibieron atención de voluntarios.
Durante esta mañana, una parte se dedicó a preparar la comida en grandes ollas y cocinas industriales; mientras otros se organizaban por grupos para salir al encuentro de sus compañeros que los esperaban a un kilómetro y medio, en el parque El Arbolito, sitio de mayor concentración de manifestantes.
El vicerrector insistió en la necesidad de evitar los brotes de violencia y llamó a abrir canales de negociación que permitan una salida pronta a la crisis política del país. “Demandamos al Gobierno Nacional una apertura al diálogo con los pueblos indígenas, siempre los más desfavorecidos, ahora tratados como si fueran enemigos”, agregó en un comunicado.
Alfonso Morales, dirigente indígena de Cotacachi, manifestó que la protesta se mantendrá hasta que el Gobierno decline en las medida económicas. En las últimas décadas, cuando ha habido manifestaciones o levantamientos indígenas, la UPS ha abierto sus puertas a las comunidades que llegan a Quito con sus demandas. (I)