Ya no pueden ‘maruquear’ en San Lorenzo

Conversar en las esquinas con los panas por las noches o ‘maruquear’, como conocen a esta actividad en San Lorenzo, Esmeraldas, es algo que ya no se puede hacer. Así lo sostiene el ciudadano Sergio Cabezas.

El ataque suscitado el pasado 20 de marzo de 2018 en Mataje, cantón de San Lorenzo, y el secuestro de tres periodistas de diario El Comercio el 26 del mismo mes, desencadenaron en que las autoridades ampliaran el estado de excepción y que rija el toque de queda en San Lorenzo y Eloy Alfaro.

Para Sergio, la medida de que militares y grupos tácticos de la Policía circulen por la ciudad genera algo de incertidumbre. Pero también trae consigo el ‘apagón’ de la vida nocturna en la ciudad que antes alegraba sus callejones con salsa y que ahora, por las noches, solo escucha el eco del paso de los tanques de guerra.

A más de eso, los negocios registrarían pérdidas. Así lo indica Mayer Quiñónez, dueño de una peluquería. Para él, el toque de queda genera que las personas no salgan, así sea de tarde, no vayan de paseo ni de compras y que los turistas ni lleguen.

“Si hay gente mala, son unos pocos. Juan no debería pagar los platos rotos de Pedro”, manifiesta Quiñónez, quien también pide que las autoridades ayuden a levantar la economía.

A sus 18 años, Fabián Esteban ya no puede relajarse los fines de semana con sus amigos. Hasta hace tres meses, ir a las discotecas o a algún bar era típico. Ahora asegura que “no se puede ni farrear en casa”.

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