Contratar más velocidad o comprar un router nuevo

Contratar más velocidad o comprar un router nuevo

Contratar más velocidad o comprar un router nuevo. Si queremos un mejor rendimiento de nuestra red de Internet, puede que tengamos que valorar si merece la pena contratar una mejor velocidad o no. Cada caso es único y no hay una solución a la medida de todas las necesidades, pero existen una serie de factores en común para tener en cuenta si deberíamos subir la velocidad o puede ser un incremento de gasto inútil según nuestro uso de Internet. Si tienes alguna inquietud recuerda contactarnos a través de nuestras redes sociales, o regístrate y déjanos un comentario en esta página. También puedes participar en el WhatsApp. Si usas Telegram ingresa al siguiente enlace.

Solemos estar tentados por aumentar la velocidad de nuestra red siempre que la cobertura del operador lo permita en nuestro domicilio, ¿pero es realmente necesario?

¿Realmente necesitas tanta velocidad?

Cuando nos conectamos a Internet, todos queremos que la velocidad sea la máxima posible y que la respuesta a un clic sea lo más inmediata posible. También son muchos los que además se pasan el día descargando archivos de Internet, viendo películas o enganchados a juegos online, por lo que para ellos la velocidad si es algo importante. Con las nuevas velocidades de 600 Mbps o 1 Gbps comenzando a estandarizarse, conviene pensar si realmente necesitas aumentar la velocidad o puedes optar por otras soluciones.

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También en casas con muchos convivientes.

Como el ancho de banda se tiene que repartir. Si tenemos una conexión a Internet de fibra, es posible que dispongamos de gran velocidad para navegar, sin embargo, es posible que, aun así, si ciertos dispositivos hacen un uso intensivo de nuestra red, descargando archivos de redes P2P, viendo vídeos, series o películas en streaming o jugando en red, nos encontremos con que el resto de ordenadores o dispositivos conectados a la misma red se encuentren con problemas a la hora de navegar.

Para el común de los mortales, en el resto de los casos, velocidades de fibra más bajas pueden ser más que suficientes si solamente vas a usar uno o pocos dispositivos conectados de forma simultánea, sobre todo en viviendas unifamiliares donde además no tendrás tantas interferencias de los vecinos cercanos. Los 600 Mbps pueden ser más que suficientes para un uso de ver vídeos en 4K y echar unas partidas online con cierta frecuencia. Sin embargo, la golosina del 1 Gbps puede ser una subida de precio realmente innecesaria.

Una conexión a una velocidad de 1 Gbps está pensada más para un nivel empresarial o usuarios que están continuamente descargando archivos de Internet o viendo contenidos de alta calidad en varios dispositivos al mismo tiempo, por ejemplo. Por lo tanto, una conexión de 1 Gbps lo que nos aporta es una mayor velocidad de transferencia de información. Por lo tanto, como ventajas frente a las otras velocidades menores es que, por ejemplo, podremos descargar una película en menos tiempo. Sin embargo, poco más nos puede aportar con respecto a una conexión de 600 Mbps, de ahí que debamos valorar bien la diferencia de precio.

La pérdida de velocidad por WiFi

Si vas a usar tu conexión a Internet principalmente de forma inalámbrica, quizás deberías pensar en otros métodos para amplificar la cobertura para maximizar el rendimiento antes que la solución de fuerza bruta de contratar más velocidad. Hoy en día, con las altas velocidades de la fibra, la única forma de aprovechar al 100% estas conexiones es hacerlo conectados por cable. Por ello, si estamos conectados por Wi-Fi es totalmente normal que la velocidad sea mucho menor.

Los estándares de Wi-Fi, de los más antiguos a los más nuevos, son:

802.11b, 802.11g, 802.11n, 802.11ac y Wi-Fi 6. Si tienes un router inalámbrico «b» o «g» más antiguo, deberías considerar reemplazarlo por un dispositivo más nuevo, que ofrece rangos más largos y velocidades de conexión más rápidas. El Wi-Fi g, el más utilizado, tiene una velocidad teórica máxima de 56Mbps, mientras que el Wi-Fi n la velocidad máxima teórica en los componentes de mejor calidad es de 150 o 300 Mbps, velocidades a las que nunca se alcanza.

Si utilizamos una conexión Wi-Fi en la banda de 5 Ghz, la velocidad máxima es bastante superior y, utilizando un router y un receptor de gama alta probablemente sí podamos alcanzar los 300 megas. Como ves, si tu uso va a ser inalámbrico principalmente, ya puedes subir la velocidad contratada todo lo que quieras, que tendrás una limitación y pérdida de la velocidad por la que estás pagando.

Mejor un nuevo router o repetidor

A diferencia de países como países como Alemania o Italia, en España no existe libre elección del router de la operadora. Por motivos comerciales, se trata de routers de bajo coste, pensados para dar un servicio básico a todos los usuarios, pero no siempre ofrecen las prestaciones necesarias para cubrir las necesidades de cobertura y velocidad que el usuario necesita por las características de su vivienda.

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Es por ello que quizás podemos optar por añadir un router nuevo a nuestra red o instalar algún sistema repetidor para amplificar el alcance de la señal inalámbrica si es así como queremos o no tenemos más remedio que conectarnos.

Una posible solución.

Es conectar un amplificador o extensor de señal. Básicamente consiste en disponer de uno o varios receptores que posteriormente ofrecen conexión inalámbrica a otros dispositivos. Mediante esta cadena de WiFi, van a potenciar la señal en una determinada zona de la vivienda.

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La otra alternativa es usar una red WiFi Mesh o WiFi mallada consiste en un router principal que se conecta directamente a tu módem y en varios módulos satélite (o nodos), repartidos por toda tu casa para conseguir una cobertura WiFi completa. A diferencia de los routers WiFi tradicionales todos forman parte de una sola red inalámbrica y comparten el mismo SSID y la misma contraseña.