Considera que la entrega de tierras a los trabajadores, como ordena la sentencia, no tiene justificación legal.

Punto Noticias.La empresa abacalera Furukawa, de capital japonés que opera en el país, fue sentenciada por la justicia a indemnizar y reparar a 123 de sus trabajadores, por una serie de abusos, entre ellos la esclavitud moderna.

Los representantes de los trabajadores denuncian que los procesos de indemnización y reparación no avanzan, más allá de la disculpa pública. El gerente de Furukawa, Adrián Herrera, señaló que la reparación económica y la entrega de tierras, que son los principales puntos de la sentencia, deben ser articulados por el propio juez.

En el caso de la reparación económica, lo que tiene que hacer el juez, como manda la sentencia de la Corte Constitucional, es abrir un sumario individual para cada uno de los 123 accionantes, luego de lo que un perito hará el cálculo de la reparación económica individual.

Por este motivo, según Herrera, la empresa no ha podido cumplir con la reparación. En el caso de la entrega de las cinco hectáreas de tierra para cada uno, la sentencia posibilita que en vez de estas se pague un valor adicional, calculado sobre la base del valor del mercado de las tierras que están alrededor del km 42.

Para definir el valor del mercado también deberá nombrase un perito. A decir del representante de Furukawa, la compañía no está habilitada para cumplir la sentencia, sino que está en manos del juez.

Además, otra razón para que no se haya cumplido el dictamen judicial es que los accionantes apelaron de la sentencia, por lo que se debe esperar que la Corte Provincial de Justicia resuelva la apelación, a pesar de que la ley establece que la ejecución de la sentencia no se suspende, sostuvo Herrera.

Dice que Furukawa es una compañía respetuosa de la legislación, de las autoridades judiciales, y si, de última instancia, ordenan a la empresa pagar, por supuesto que lo hará. Pero, a su criterio, presentaron todos los argumentos legales para hacer notar que la sentencia emitida en este caso adolece de muchos vicios y fallos, uno de los cuales es haber ordenado que se entrega tierras a los accionantes, de manera confiscatoria, que no se pudo haber dado bajo ningún concepto, sin ninguna justificación legal.