Con temor se vive en el sector de Alluriquín
Botas de caucho, velas y linternas es lo que más vende Elsa Oña en su despensa en Alluriquín. Mientras que en la refrigeradora hay pocas bebidas porque sus proveedores no llegan a abastecerla.
Una que otra cola junto a escasas botellas de agua es lo que ofrece a sus vecinos. “Los huevos también compran, ha de ser porque es una comida rápida”, indica.
Afuera de esta despensa, en la vereda, se encuentra Marcela Vargas. Ella no pierde las esperanzas de seguir vendiendo sus tortillas cocinadas en una paila grande de barro.
f:e.u