
Cómo usar el modo incógnito y navegar de forma privada
Cómo usar el modo incógnito y navegar de forma privada. Si tienes alguna inquietud recuerda contactarnos a través de nuestras redes sociales, o regístrate y déjanos un comentario en esta página para poder ayudarte. También puedes participar en el WhatsApp Ecuador.
La privacidad al navegar por Internet preocupa cada vez más a cualquiera que se conecte a diario: trabajamos, estudiamos, compramos, vemos series y chateamos desde el mismo navegador. En medio de todo ese trajín, el llamado modo incógnito o navegación privada se ha convertido en la opción rápida para navegar sin dejar rastro en el dispositivo, evitar que se guarde el historial o probar cosas sin que interfieran las cookies que ya teníamos.
Aun así, hay muchísima confusión sobre lo que realmente hace este modo especial de los navegadores. Mucha gente cree que se vuelve “invisible” en Internet al activarlo, cuando en realidad su función es más bien borrar huellas locales (en tu propio equipo) y no tanto protegerte frente a tu proveedor de Internet, tu empresa o los sitios web que visitas. En esta guía completa vas a ver qué es el modo incógnito, cómo usarlo en Chrome, Edge, Firefox, Safari y otros navegadores, qué límites tiene, para qué es realmente útil y cómo complementar su uso con otras herramientas de privacidad.
¿Qué es el modo incógnito o navegación privada?
El modo incógnito es un modo especial del navegador pensado para que lo que hagas en esa ventana no se guarde en el equipo que estás usando. También se conoce como navegación privada, InPrivate (en Edge) o simplemente “ventana privada”, según el navegador, pero la idea es la misma: permitirte navegar sin que se almacenen determinados datos.
En este modo, el navegador no registra el historial de páginas, no guarda las cookies persistentes ni los datos de los sitios y tampoco almacena la información que introduces en formularios, como usuarios, correos o direcciones. Es una capa de privacidad “doméstica” para que otras personas que usan el mismo ordenador, móvil o tablet no puedan ver qué has hecho.
La navegación privada apareció por primera vez en Safari a mediados de los 2000, y poco después la incorporaron Chrome, Firefox, Edge y el resto de navegadores modernos. Desde entonces se ha generalizado como solución rápida para usar el equipo de otra persona, compartir ordenador en casa o gestionar varias cuentas de un mismo servicio sin que se mezclen.
Eso sí, no hay que confundir navegación privada con anonimato real. Aunque el navegador no guarde datos en tu dispositivo, tu proveedor de Internet (ISP), la red de tu trabajo o centro de estudios, y los propios sitios web que visitas pueden seguir viendo tu actividad y asociarla a tu dirección IP.
Qué hace exactamente el modo incógnito
Cuando activas el modo incógnito, el navegador crea una sesión aislada del resto de ventanas “normales”. Dentro de esa sesión se aplican una serie de reglas que tienen impacto directo en tu privacidad local.
Protección de datos locales
Lo más importante es que no se guarda el historial de navegación. Todas las webs que visites en modo incógnito no aparecerán luego en el listado de páginas visitadas del navegador, ni tampoco se sugerirán al escribir en la barra de direcciones. Cuando cierres la ventana privada, es como si nunca hubieras pasado por ahí (al menos, a ojos de quien use luego el mismo dispositivo).
Además, las cookies persistentes y datos de los sitios no se mantienen al cerrar la sesión. Durante la navegación privada sí se usan cookies de forma temporal (por ejemplo, para que puedas iniciar sesión en una web), pero se eliminan al cerrar todas las ventanas privadas. Esto reduce el rastro que dejas en forma de preferencias guardadas, inicios de sesión automáticos o seguimientos basados en cookies.
Otro punto clave es que no se guardan los datos que escribes en formularios. El nombre, correo, dirección postal o número de teléfono que rellenes en un formulario en modo incógnito no quedará almacenado en el autocompletado del navegador. Es ideal cuando usas un equipo compartido o público y no quieres dejar tus datos personales “a mano”.
También se mantiene aislada cada sesión de incógnito. Si cierras todas las ventanas privadas y, más tarde, abres una nueva, no se heredan cookies ni inicios de sesión anteriores. Es decir, cada sesión de incógnito comienza “desde cero”.
Beneficios prácticos de usar el modo incógnito
La principal ventaja es la privacidad en dispositivos compartidos. Si compartes ordenador con familia, compañeros de piso o lo usas en un ciber o biblioteca, el modo incógnito impide que quienes entren después puedan revisar tu historial, ver qué has buscado o acceder directamente a tus cuentas porque el navegador las recuerde.
Otra utilidad clara es evitar parte del rastreo basado en cookies. Al no guardar cookies persistentes cuando cierras la ventana, es más difícil que determinados sitios te muestren anuncios hiperpersionalizados en función de lo que hiciste en sesiones anteriores, o que sigan mostrando recomendaciones basadas en tu navegación de días previos.
El modo incógnito es muy práctico para iniciar sesión en varias cuentas del mismo servicio a la vez. Por ejemplo, puedes tener tu correo personal abierto en una ventana normal y, en incógnito, iniciar sesión con tu cuenta del trabajo sin que haya conflictos de cookies o inicios de sesión automáticos.
Muchos desarrolladores web y personas que administran sitios usan las ventanas privadas para probar cómo se ve una web “como si fuera la primera vez”. Al no reutilizar caché ni cookies, pueden comprobar si la web carga bien, si funcionan los formularios y si la experiencia es la misma que tendría un visitante nuevo.
Por último, puede ayudar a esquivar algunos límites blandos de contenido basados en cookies, como ciertos periódicos o portales que dejan leer X artículos gratis. Al no reutilizar las cookies entre sesiones, a veces esos contadores se “resetean” cuando abres una ventana de incógnito.
Lo que el modo incógnito NO hace (y conviene tener claro)
El nombre “incógnito” lleva a engaño y hace que mucha gente crea que con activar este modo ya está protegida frente a todo, cuando en realidad sus funciones son bastante limitadas. Es clave entender qué no hace.
Para empezar, no oculta tu actividad de tu proveedor de Internet. El ISP que te da conexión, la red de la empresa, del colegio o de la universidad, e incluso organismos que tengan acceso legal a esos registros, pueden seguir viendo a qué sitios te conectas, desde qué dirección IP y en qué momentos.
Tampoco enmascara tu dirección IP, así que los sitios web que visitas pueden seguir asociando tus acciones a esa IP concreta, saber desde qué país o ciudad te conectas aproximadamente y cruzar esos datos con otros identificadores (como tu inicio de sesión, por ejemplo).
Otro punto que suele olvidarse es que no te protege de virus, malware ni ataques de phishing. Si entras en una web maliciosa, descargas un archivo infectado o facilitas tus credenciales en una página falsa, el modo incógnito no te salva. Tus archivos descargados seguirán en el equipo y un spyware ya instalado podrá seguir registrando todo lo que haces.
Además, no hace invisible lo que hagas dentro de una cuenta donde hayas iniciado sesión. Si entras a tu cuenta de Google en modo incógnito, tus búsquedas y actividad asociada a esa cuenta se seguirán registrando en Google. Lo mismo pasa con redes sociales, correo, plataformas de vídeo, etcétera.
En resumen, el modo incógnito borra rastros en tu dispositivo pero no evita el seguimiento a nivel de red ni de servicio. Si buscas protección a ese nivel, necesitas herramientas adicionales como bloqueadores de rastreo y, sobre todo, una VPN.
Cómo usar el modo incógnito en Google Chrome
Chrome es el navegador más usado y su modo incógnito es probablemente el más conocido. En ordenadores y móviles funciona de forma muy parecida, aunque cambian un poco los menús.
Abrir y cerrar el modo incógnito en ordenador (Windows, macOS, Linux, ChromeOS)
Activar una ventana de incógnito en Chrome de escritorio es cuestión de dos clics. Primero abre Chrome normalmente y fíjate en los tres puntos verticales de la esquina superior derecha, el menú “Más”.
Desde ese menú, elige la opción “Nueva ventana de incógnito”. Se abrirá una nueva ventana oscura donde verás el típico icono con sombrero y gafas y un mensaje explicando lo que se va a guardar y lo que no. En la parte derecha de la barra de direcciones también aparece el icono de incógnito para que no haya dudas.
Si prefieres ir más rápido, puedes usar atajos de teclado para abrir el modo incógnito:
- Windows, Linux o ChromeOS: pulsa Ctrl + Mayús + N.
- Mac: pulsa Comando (⌘) + Mayús + N.
Mientras tengas esa ventana abierta, todo lo que navegues dentro de ella será privado a nivel local. Si abres más ventanas de incógnito, compartirán la misma sesión. Para salir realmente del modo incógnito, debes cerrar todas las ventanas privadas: el icono de incógnito en la parte superior te permite saber si aún queda alguna abierta.
Para cerrarla, basta con pulsar en el botón habitual de cerrar ventana o usar combinaciones como Alt + F4 en Windows o Comando + W en Mac (cerrando todas las ventanas privadas que tengas abiertas).
Modo incógnito en Chrome para Android y iOS
En móviles también tienes pestañas de incógnito muy similares a las de escritorio. En Android, abre la app de Chrome y toca los tres puntos verticales de la esquina superior derecha para desplegar el menú.
En esa lista verás la opción “Nueva pestaña de incógnito”. Al tocarla, se abrirá una pestaña con fondo oscuro y el clásico mensaje de que estás navegando en modo privado, junto al icono de incógnito. Puedes alternar entre pestañas normales y de incógnito usando el botón que muestra el número de pestañas abiertas.
Para cerrar las pestañas de incógnito, toca ese icono de pestañas y ve cerrándolas una a una deslizando o usando la “X”. En cuanto cierres la última, se borrarán el historial temporal, las cookies y los datos de formularios de esa sesión, aunque los archivos descargados seguirán guardados en el dispositivo.
Extensiones y bloqueadores de anuncios en modo incógnito
Por defecto, Chrome no activa las extensiones en modo incógnito por motivos de privacidad, ya que técnicamente podrían leer tu actividad también en ventanas privadas. Si quieres que un bloqueador de anuncios o herramienta de seguridad funcione en incógnito, tienes que habilitarlo manualmente.
Para hacerlo en Chrome de escritorio, abre el menú de los tres puntos, entra en “Más herramientas” > “Extensiones” y busca tu bloqueador (por ejemplo, Malwarebytes Browser Guard o el que uses). Pulsa en “Detalles” y activa la opción “Permitir en incógnito”. Desde ese momento, la extensión podrá actuar también en las ventanas privadas.
Modo InPrivate en Microsoft Edge
Edge, el navegador de Microsoft, llama a su modo privado “InPrivate”. Su funcionamiento es muy parecido al de Chrome: no guarda el historial, limpia las cookies de la sesión cuando cierras la ventana y elimina los datos introducidos en formularios.
Abrir una ventana InPrivate en ordenador
Hay varias formas rápidas de iniciar la navegación InPrivate en Edge. La más directa es entrar en Edge, hacer clic en los tres puntos horizontales de la esquina superior derecha y seleccionar “Nueva ventana InPrivate”.
También puedes hacer clic derecho sobre el icono de Edge en la barra de tareas y elegir “Nueva ventana InPrivate” directamente desde ahí, algo útil si aún no tenías el navegador abierto.
Otra opción es usar el teclado: en la mayoría de versiones actuales puedes pulsar Ctrl + Mayús + N tanto en Windows como en macOS para abrir una nueva ventana InPrivate. Verás que la interfaz se oscurece y aparece un indicador con la palabra “InPrivate” cerca de la barra de direcciones.
Para salir del modo InPrivate, simplemente cierra la ventana o ventanas InPrivate. Edge eliminará entonces el historial de esa sesión, las cookies temporales y los datos de formulario asociados, pero mantendrá archivos descargados y marcadores.
InPrivate en Edge móvil
En la app de Edge para móviles, el proceso es muy similar. Abre Edge, toca el botón de los tres puntos (suele estar en la parte inferior o superior según la versión) y selecciona “Nueva pestaña InPrivate”.
Aparecerá una pestaña con un diseño algo más oscuro y un aviso de que estás navegando de forma privada. Para cerrarla y borrar la sesión, entra en el conmutador de pestañas, localiza las que son InPrivate y ciérralas todas.
Navegación privada en Mozilla Firefox
Firefox también ofrece un modo de navegación privada muy completo, que además añade una capa extra de protección frente a rastreadores de terceros cuando estás en este modo.
Ventana privada en Firefox de escritorio
Para activar la navegación privada en Firefox desde el ordenador, abre el navegador y haz clic en el menú de las tres líneas horizontales en la esquina superior derecha.
En el menú desplegable, selecciona “Nueva ventana privada”. Se abrirá una ventana con una banda morada en la parte superior y un icono de máscara, que indica que estás en modo privado. Allí Firefox te recordará qué se guarda y qué no.
También puedes recurrir a atajos de teclado: en muchos sistemas, Ctrl + Mayús + P en Windows y Comando + Mayús + P en Mac abren una nueva ventana privada. En algunas versiones también se admite Ctrl + Maýs + N para lo mismo.
Mientras uses esa ventana, Firefox activa por defecto una protección contra rastreo mejorada, bloqueando cookies de seguimiento conocidas, scripts y otros elementos intrusivos que te siguen de web en web. Cuando cierres la ventana privada, se borrarán historial, cookies y datos de formularios de esa sesión.
Navegación privada en Firefox para móviles
En la app móvil de Firefox, el modo privado funciona por pestañas. Abre el navegador, toca el menú de las tres líneas horizontales (normalmente en la parte inferior derecha) y escoge “Nueva pestaña privada”.
Verás que la interfaz cambia ligeramente y se indica que estás en modo privado. Como en otros navegadores, puedes alternar entre pestañas normales y privadas desde el selector de pestañas. Para borrar la sesión, cierra todas las pestañas privadas.
Navegación privada en Safari (macOS, iPhone y iPad)
Safari, el navegador de Apple, llama a esta función simplemente “navegación privada”. Está disponible tanto en Mac como en iPhone y iPad, y el comportamiento básico es el mismo: no se guarda el historial ni los datos temporales al cerrar todas las ventanas o pestañas privadas.
Ventana privada en Safari para Mac
En un Mac, abre Safari y ve al menú “Archivo” situado en la barra superior del sistema. Dentro verás la opción “Nueva ventana privada”. Al seleccionarla, aparecerá una ventana con indicaciones de que estás en modo privado.
Si quieres ir directo con el teclado, puedes usar el atajo Mayús + Comando + N para abrir una ventana privada al instante. Lo que hagas ahí no se guardará en tu historial y las cookies de esa sesión se eliminarán al cerrarla.
Navegación privada en Safari para iPhone y iPad
En iOS y iPadOS, Safari gestiona pestañas privadas en lugar de una ventana aparte. El proceso varía un poco según la versión del sistema, pero la lógica es similar.
Con versiones como iOS 14, abre Safari y toca el icono de dos cuadrados en la parte inferior de la pantalla para abrir el gestor de pestañas. Ahí verás la opción “Nav. privada” o “Privado”. Actívala y, después, pulsa el botón “+” para abrir una nueva pestaña privada.
En iOS 15 y posteriores, al tocar los dos cuadrados y luego el botón que indica el número de pestañas, podrás elegir el grupo “Nav. privada”. De nuevo, pulsa “+” para abrir páginas en ese modo. Sabrás que estás en privado porque la barra de direcciones adopta un tono oscuro.
Cuando quieras volver a la navegación normal, regresa al selector de pestañas, cambia del grupo de “Nav. privada” al grupo estándar y cierra las pestañas privadas para que se borren sus datos temporales.
Navegación privada en Opera y otros navegadores
Opera y otros navegadores menos extendidos también incorporan navegación privada con funciones muy similares: no guardar historial, borrar cookies de la sesión y eliminar datos de formularios.
En Opera de escritorio, puedes abrir una ventana privada haciendo clic en el menú de la esquina superior izquierda y eligiendo “Nueva ventana privada”. En muchas versiones, también está disponible un atajo de teclado similar al de otros navegadores.
Una ventaja adicional de Opera es que permite activar una VPN integrada en sus opciones, lo que añade una capa importante de privacidad al cifrar tu tráfico y ocultar parcialmente tu dirección IP. Esa función es independiente del modo privado, pero combinada con él refuerza bastante la protección.
Limitaciones del modo incógnito y riesgos de seguridad
Activar el modo incógnito no te convierte en anónimo ante el resto de Internet y tampoco refuerza la seguridad de tu dispositivo frente a amenazas técnicas. Conviene insistir en esto porque es uno de los errores de percepción más frecuentes.
Tu actividad sigue siendo visible para el proveedor de Internet, la red corporativa o académica desde la que navegas, y por supuesto para los sitios que visitas. Pueden registrar qué páginas visitas, desde qué IP, durante cuánto tiempo y qué recursos solicitas, incluso si tu navegador está en modo privado.
Además, no es una barrera contra virus, spyware, ransomware ni phishing. Si haces clic en un enlace malicioso, descargas un archivo infectado o introduces datos confidenciales en una página fraudulenta, el modo incógnito no aporta ninguna protección especial; el riesgo es el mismo que en una ventana normal.
Si ya tienes software espía instalado en el dispositivo, este podrá seguir monitorizando tu actividad, grabando pulsaciones de teclado o capturando pantallas incluso mientras navegas en una pestaña privada. El modo incógnito solo gestiona lo que el propio navegador guarda, no lo que hace el resto del sistema.
También es importante recordar que los archivos que descargues en modo incógnito se quedan en el equipo hasta que los borres manualmente. Lo mismo ocurre con los marcadores que crees: se añadirán a tu lista habitual y estarán disponibles en sesiones normales.
Herramientas complementarias: anti-rastreo y VPN
Para ir más allá de la simple navegación privada local, hay dos grandes aliados: las funciones anti-rastreo de los navegadores modernos y las redes privadas virtuales o VPN, y también guías para borrar tu rastro en Internet.
Funciones anti-rastreo del navegador
Muchos navegadores incluyen protección frente a rastreadores de terceros que va más allá de lo que hace el modo privado. Por ejemplo, Firefox incorpora una Protección de Rastreo Mejorada que bloquea por defecto una lista de rastreadores conocidos, scripts de seguimiento y cookies de terceros bastante intrusivas.
Safari, por su parte, ofrece Prevención de Rastreo Inteligente, que limita cómo pueden seguirte los sitios entre distintas páginas y sesiones, dificultando que se cree un perfil demasiado detallado de tus hábitos de navegación.
Combinando estas funciones con ventanas privadas, reduces mucho la cantidad de datos que se recopilan sobre ti a través de cookies y scripts. Además, siempre puedes instalar extensiones específicas de bloqueo de rastreo y anuncios, tanto en Chrome como en otros navegadores, recordando habilitarlas también en modo incógnito si quieres que funcionen ahí.
Uso de una VPN para reforzar la privacidad
Si lo que buscas es ocultar tu actividad a nivel de red, una red privada virtual o VPN es la herramienta clave. Una VPN crea un túnel cifrado entre tu dispositivo e Internet y redirige tu tráfico a través de un servidor intermedio.
Al hacer eso, tu dirección IP real queda oculta frente a los sitios web y, en muchos casos, frente al propio proveedor de Internet, que solo ve que te conectas a un servidor VPN pero no el detalle de todo lo que haces detrás (si el cifrado es correcto).
Este tipo de servicios es especialmente útil si su sueles conectarte a redes Wi-Fi públicas (cafeterías, aeropuertos, hoteles), donde tus datos podrían ser interceptados con relativa facilidad. Una VPN cifra ese tráfico, de modo que, aunque alguien lo capture, no pueda leerlo.
Hay numerosas soluciones de VPN en el mercado, gratuitas y de pago, y también productos de seguridad como Kaspersky Secure Connection que integran este tipo de conexión segura para que tu navegación sea mucho más privada que con el modo incógnito por sí solo.
Cuándo merece la pena usar el modo incógnito
El modo incógnito es una herramienta muy cómoda para situaciones del día a día en las que lo que quieres es no dejar huella en el dispositivo que estás usando, sin necesidad de complicarte con soluciones más avanzadas.
Por ejemplo, es ideal cuando compartes ordenador en casa o usas un equipo público. Así evitas que quien lo use después vea qué has buscado, entre en tus webs recientes con un clic o se encuentre con sesiones abiertas de tu correo, tu banco o tus redes sociales.
También resulta muy útil para comprar regalos o hacer gestiones “discretas” en un equipo que manejan varias personas. Al no guardarse el historial ni las cookies de la sesión, es más difícil que salten sugerencias automáticas o anuncios sospechosos que delaten lo que estabas mirando.
Si necesitas gestionar varias cuentas de un mismo servicio a la vez (dos correos, dos redes sociales, una cuenta personal y otra corporativa, etc.), abrir una ventana de incógnito te permite iniciar sesión en una cuenta distinta sin tocar la que ya tienes activa en la ventana normal.
Desarrolladores, diseñadores y administradores de sitios lo usan mucho para probar webs sin interferencias de caché ni cookies, comprobando que el comportamiento es el mismo que tendría un visitante nuevo. También sirve para ver cómo se muestran los resultados de búsqueda sin tanta influencia del historial personal.
El modo incógnito es perfecto para ganar privacidad “local” rápida, siempre que tengas presente que no es una solución mágica de anonimato total y que no sustituye a un buen antivirus, a un bloqueador de rastreadores ni a una VPN cuando realmente necesitas protegerte a fondo.






