Cómo funcionan los test de antígenos
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Ya es posible ir a una farmacia, comprar un test de antígenos y descubrir en unos 20 minutos, con una elevada tasa de acierto, si estamos contagiados. El Ministerio de Sanidad ha aprobado hoy el Real Decreto 588/2021 por el que se regula la venta de estos test en farmacias.
No son controles tan fiables como una PCR, pero estos tests rápidos son una herramienta más para intentar controlar la pandemia. Una herramienta que ahora podremos adquirir en las farmacias sin necesidad de receta.
Qué es un test de antígenos y qué se ha aprobado
Según describe la Agencia Española de Medicamentos: «las pruebas de antígenos sirven para detectar una infección activa, puesto que identifican la presencia de proteínas del virus. Un resultado positivo significa que el virus está presente y probablemente existe una infección en curso».
Se considera que un test de antígenos es eficaz durante los 7 primeros días desde la infección, ya que la carga viral está en su punto más álgido. Lo habitual es que el test de antígenos que nos vendan en la farmacia sea tomando una muestra nasal.
¿Hasta qué punto son eficaces?
Cada test tiene un ratio de eficacia. La Comisión Europea mantiene un listado con las principales marcas y recomienda utilizar tests con un mínimo de especificidad del 97 % y sensibilidad del 90%.
Dicho esto, el resultado de un test de autodiagnóstico no es suficiente para ser considerado contagiado. Aquellos resultados positivos se considerarán sospechosos, pero deberán ir a un centro sanitario a hacerse una prueba de diagnóstico.
Esto es debido en parte a que la efectividad real de estos test de antígenos puede ser mucho menor a la anunciada. Según un estudio de Cochrane, la cifra de acierto podría estar alrededor del 72% en contagiados sintomáticos y en el 58% para los asintomáticos. Unos datos inferiores a los de otros estudios, pero que apuntan que la fiabilidad de estos test de antígenos no es suficiente sólida.
Entre los test de antígenos comercializados en España se encuentran múltiples modelos, principalmente producidos en China y todos ellos con muestra nasal.
Hasta la fecha hacía falta prescripción para conseguir uno de estos test en la farmacia. Pero a partir de ahora se modifica el Real Decreto 1662/2000 sobre productos sanitarios para diagnóstico «in vitro» estableciendo que:
«Para la venta al público de los productos de autodiagnóstico se exigirá la correspondiente prescripción. Como excepción, esta prescripción no será necesaria en los productos para el diagnóstico del embarazo y de la fertilidad, así como en los productos de autodiagnóstico para la determinación de la glucemia, para la detección del VIH y para la detección de la COVID-19».
Adicionalmente, la ley establece que queda prohibida la publicidad dirigida al público de estos productos de autodiagnóstico.
Con meses de retraso y sin regulación de los precios
La regulación de la venta de test de antígenos en la farmacias es una buena noticia pero llega con meses de retraso respecto a otros países de Europa, que tienen acceso a estos test desde hace meses y a un coste inferior al que actualmente se ofrece en muchas farmacias de España.
En Alemania los tests rápidos son necesarios para entrar en algunas tiendas y esto ha llevado a que se ofrezcan gratuitamente en algunos centros. Una situación que conlleva sus riesgos, con descontrol y sin asegurar su efectividad. En Reino Unido se hizo entrega de pruebas caseras gratuitas a quien lo solicite de hasta dos veces a la semana, pero un porcentaje bajo de la población lo aprovechó.
En España, los test de antígenos estarán exentos de IVA y su precio medio rondará entre los 3 y 7 euros, según apuntan desde el Ministerio de Sanidad. Se trata de un precio similar al de otros países, donde suele rondar entre los 5 y 10 euros como en Portugal o Bélgica o alrededor de 5 euros, como en Alemania, donde se ofrecen cajas de 5 tests por unos 25 euros, como es el caso del test rápido AESKU.RAPID, vendido en los Aldi.
Por el momento la ley no regula el precio de estos test, por lo que serán los fabricantes y las farmacias quienes decidirán qué precio aplican a cada uno de estos tests.