Cómo afecta a tu coche el mayor calor en verano
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Faltan apenas unos días para que comience oficialmente el verano y eso nos llevará a un incremento de las temperaturas que puede afectar a tu coche y su mantenimiento de diversas formas.
Vamos a repasar cómo incide el calor en la mecánica de tu automóvil, qué efectos puede tener y cómo combatirlos.
Cambios en los neumáticos
En verano (o en una situación de altas temperaturas cualquiera), las gomas pueden sufrir un desgaste prematuro debido a las altas temperaturas registradas en estos días de tanto calor. El asfalto puede llegar a alcanzar los 70 ºC. Es importante por ello revisar la banda de rodadura para que no se rebaje por encima del nivel recomendado. El límite legal es de 1,6 milímetros de profundidad, pero deberíamos tener al menos 2 milímetros para ir en condiciones de garantía y seguridad vial y reducir el riesgo de accidentes.
Además, no olvides revisar la presión de los neumáticos. Es posible que los neumáticos aumenten su presión con las altas temperaturas, pero tampoco puedes circular con los neumáticos con baja presión ya que esto aumenta la probabilidad de reventón en un 60%. La presión tendrá que ser la indicada por el fabricante, y como máximo tener un exceso de 0,3 bar en caso de calor extremo.
Pérdida de potencia y mayor consumo
Una de las señales que más podemos notar en el rendimiento de nuestro vehículo es la pérdida de potencia, que muchos simplemente asocian a llevar encendido el aire acondicionado (que efectivamente puede reducirla). El motivo de esta pérdida de potencia relacionada con el calor tiene que ver con el hecho de que el motor de combustión necesita aire para poder quemar el combustible. Cuanto más calor, menos proporción de oxígeno tiene el aire y el combustible no se quema con tanta facilidad y el rendimiento del motor decae.
Esto se aprecia sobre todo en los motores turbo o con compresor de aire -sobre todo si no llevan intercooler-, pues pierden hasta 15 CV porque estos motores necesitan más aire para funcionar, por lo que les afecta más la falta de oxígeno. Cada grado de más que tiene la temperatura de tu coche reduce su rendimiento en carretera, pudiendo llegar a tener pérdidas de potencia de hasta el 15%. Si además el filtro de aire está sucio esta situación empeora.
Además de una pérdida de potencia del motor, todo esto que hemos indicado va a traducirse en una mayor cantidad de combustible consumido precisamente porque la mezcla no se mezcla con tanta facilidad. El calor provoca un aumento del consumo de gasolina o diésel en una media de un litro más cada 100 kilómetros.
Revisa el aire acondicionado y el sistema de refrigeración. Cualquier fuga puede hacer que el motor se caliente y que se genere una avería. Una fuga del líquido refrigerante a través de la tapa o una manguera o abrazadera son comunes y fáciles de solucionar. El punto es evitar que el motor siga funcionando sin el refrigerante suficiente ya que se corre el riesgo de que termine quemándose.
Sistema de frenado
Conviene echar un vistazo al estado de los frenos para evitarnos un susto o algo más. De normal, el sistema de frenado está sometido normalmente a una alta fricción que genera calor. Al aumentar esta temperatura en verano con el calor en una considerable cantidad de grados, los discos de frenos pueden llegar a deformarse en casos extremos y el líquido de frenos dura menos debido a la evaporación.
Ayuda al mantenimiento del coche usando marchas cortas para disminuir la velocidad del vehículo y evitar el uso de los frenos en descensos prolongados de carreteras y autovías.