Comer para vivir más claves de una nutrición que aumenta la esperanza de vida
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Lo que ponemos en el plato puede marcar la diferencia entre vivir más… o vivir mejor. Así lo confirma una investigación de la Universidad de Harvard, publicada en PLOS Medicine, que evidencia cómo una dieta rica en legumbres, cereales integrales, frutas, verduras, nueces y pescado, y baja en carnes procesadas, azúcares y harinas refinadas, puede aumentar hasta en 10 años la esperanza de vida.
En Ecuador, las cifras invitan a la reflexión. El 24 % de las defunciones en el país se deben a enfermedades cardiovasculares. A ello se suma que uno de cada 18 ecuatorianos vive con diabetes, con un promedio de 37 000 nuevos casos cada año, de los cuales el 98 % corresponden a tipo 2. La hipertensión, por su parte, afecta al 19,8 % de los adultos. Factores como la mala alimentación, el sedentarismo y el sobrepeso son protagonistas en este panorama de riesgo.
“La nutrición adecuada debe ir acompañada de una cultura de prevención. Los chequeos médicos periódicos ayudan a detectar a tiempo factores de riesgo y a controlar enfermedades silenciosas como la hipertensión o la diabetes. En PraxMED combinamos educación, control y acompañamiento preventivo para mejorar la salud a largo plazo”, explica Andrea Cevallos, Directora Médica de PraxMED.
La especialista recomienda adoptar prácticas sencillas para hacer de la alimentación una aliada de la longevidad:
Cinco prácticas para una nutrición longeva
- Elige alimentos naturales y de temporada: frutas, verduras, legumbres, granos integrales y grasas saludables.
- Cuida las porciones y los horarios: comer en horarios regulares y sin prisas favorece la digestión.
- Reduce sal y azúcar: su exceso impacta directamente en el corazón y el metabolismo.
- Consulta a un profesional en nutrición: la dieta debe adaptarse a la edad y al estado de salud de cada persona.
- Muévete: al menos 150 minutos de actividad física moderada a la semana.
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Además de la dieta y el ejercicio, los chequeos médicos son fundamentales. Desde los 30 años se recomienda realizarlos, al menos una vez al año, incluyendo: perfil lipídico completo, glucosa en sangre, presión arterial y frecuencia cardíaca, índice de masa corporal y evaluación nutricional, función hepática y renal, y pruebas de función tiroidea.
Comer bien no es una moda: es una inversión en el futuro y en la posibilidad de vivir no solo más tiempo, sino con mayor calidad de vida.
