El Colegio Nacional Mejía abrió un proceso disciplinario a 57 estudiantes menores de edad que, según el parte policial, el pasado 18 de septiembre “se encontraban agrediéndose entre sí con objetos contundentes (palos y piedras), causando daños materiales en la propiedad pública y privada en las afueras de la institución”.

Los padres de estos jóvenes fueron notificados el pasado viernes mediante una comunicación firmada por el rector, Jaime Torres. Hasta hoy podrán presentar pruebas de descargo sobre estas acusaciones.

Ayer, un grupo de familiares acudió a la institución educativa y se reunió con las autoridades del plantel y la subsecretaria de Educación del distrito, Francisca Herdoíza.

La prensa pidió la versión del rector, pero no fue atendida.

Según el parte policial suscrito por los tenientes Marco Castillo y Javier Lasso Díaz, el 18 de septiembre a las 18:10, por disposición del ECU-911, unidades policiales del Distrito Manuela Sáenz se trasladaron al colegio Mejía y habrían constatado que “grupos de personas se encontraban agrediéndose entre sí con objetos contundentes (palos y piedras), causando daños materiales en la propiedad pública y privada”.

También señala que los policías pidieron que se retiraran del lugar, pero se resistieron y el resultado fue “la agresión hostil y 18 policías heridos”.

Según el parte, la detención de los 57 menores de edad se dio en el interior y el exterior del colegio luego de una consulta al fiscal de turno, Bolívar Burbano.

Alguno de los padres de los chicos, como Fanny Guananga, solicitó la asistencia del Colegio de Abogados de Pichincha para defenderse del proceso disciplinario iniciado por el plantel, para lo cual hoy tendrán una reunión a partir de las 09:00.

Mientras tanto, ayer se incorporaron a clases los 53 estudiantes mayores de edad que salieron en libertad el viernes pasado tras ser juzgados por daños a bienes ajenos. Los acompañaron sus abogados Julio César Sarango y Gonzalo Realpe.

53

Estudiantes

liberados el viernes pasado retornaron ayer a clases. Fueron acompañados por sus padres y abogados.