Claves para prevenir y frenar la progresión de la artrosis
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Te damos algunas pautas para prevenir y frenar la progresión de la artrosis y poder identificar sus síntomas.
Según el último estudio Episer, realizado por la Sociedad Española de Reumatología (SER), la artrosis afecta aproximadamente al 29% de la población mayor de 40 años en España, lo que la convierte en una de las principales causas de dolor y de discapacidad en las personas adultas, por eso es importante prevenir.
“Esta patología no sólo implica el desgaste del cartílago, sino que también afecta a otras estructuras de la articulación, como los huesos, los ligamentos, y las membranas sinoviales, lo que provoca dolor, rigidez y la pérdida de movilidad”, explica el doctor Manuel Romero Jurado, jefe de servicio de Reumatología del Hospital Quirónsalud Córdoba.
“Un diagnóstico temprano y el inicio del tratamiento -apunta- pueden mejorar significativamente la calidad de vida, así como ralentizar el avance de la enfermedad y evitar complicaciones futuras”.
El médico señala que, aunque la artrosis puede aparecer en cualquier momento de la vida, “es más común a partir de los 50 años. Sin embargo, factores como el sobrepeso, las lesiones articulares previas o ciertas ocupaciones que implican movimientos repetitivos pueden hacer que se manifieste a edades más tempranas. Suele ser más prevalente en mujeres, y a partir de la menopausia”, subraya.
Los primeros síntomas que levantan sospechas
Así, este experto destaca que los primeros síntomas de la artrosis pueden ser sutiles, si bien remarca que es importante reconocerlos para consultar a tiempo con un reumatólogo y evitar la progresión de la enfermedad, siendo los más comunes:
Dolor articular: el más característico; suele aparecer con el uso de la articulación afectada (por ejemplo, caminar o subir escaleras en el caso de la rodilla); el dolor suele mejorar con el reposo, pero en fases avanzadas puede presentarse incluso en reposo o durante la noche.
Rigidez articular: se manifiesta especialmente después de periodos de inactividad, como al despertar por la mañana o tras estar sentado durante mucho tiempo. Esta rigidez suele durar menos de 30 minutos y mejora con el movimiento.
Pérdida de movilidad: a medida que avanza la artrosis puede resultar más difícil mover la articulación con normalidad. Esto puede afectar a actividades cotidianas como agacharse, subir escaleras o abrir frascos en caso de que las manos estén afectadas.
Deformidad articular: en fases más avanzadas pueden aparecer deformidades visibles en las articulaciones, especialmente en las manos, con nódulos en los dedos (nódulos de Heberden y Bouchard).
Sensación de roce o crujido: algunas personas refieren una sensación de ‘roce’ o ‘crujido’ cuando mueven la articulación afectada, lo que es indicativo del desgaste del cartílago articular.
La artrosis a veces se puede prevenir y frenar
Aunque la artrosis no siempre se puede prevenir completamente, tal y como reconoce el especialista de Quirónsalud Córdoba, sí es posible reducir el riesgo de desarrollarla o frenar su progresión con ciertos hábitos saludables, donde la alimentación juega un papel fundamental:
Mantener un peso saludable: el sobrepeso es uno de los principales factores de riesgo para la artrosis, especialmente en las articulaciones que soportan peso como las rodillas y las caderas. La alimentación puede influir tanto en la prevención como en el control de los síntomas de la artrosis, sobre todo si contribuye a mantener un peso saludable y a reducir la inflamación crónica. Se deben evitar los azúcares refinados y los productos procesados, así como las grasas saturadas y trans. Deben primar las frutas y verduras frescas, los pescados ricos en ácidos omega-3, el aceite de oliva virgen extra, los frutos secos y las semillas.
Ejercicio regular: el ejercicio de bajo impacto como caminar, nadar o montar en bicicleta ayuda a fortalecer los músculos que rodean las articulaciones, mejorando la estabilidad y reduciendo el desgaste articular. También mantiene la flexibilidad y ayuda a controlar el peso, Se trata de uno de los pilares más importantes en el tratamiento de la artrosis; la inactividad, o el sedentarismo pueden empeorar la rigidez articular, disminuir la fuerza muscular, y aumentar el dolor.
Evitar lesiones articulares: proteger las articulaciones de sobrecargas o de movimientos repetitivos puede ayudar a prevenir el desgaste prematuro del cartílago; si ya has sufrido alguna lesión articular es importante recibir un tratamiento adecuado para evitar secuelas.
“En definitiva, adoptar una dieta antiinflamatoria, junto con un estilo de vida activo y el control del peso puede ayudar a reducir los síntomas de la artrosis y a mejorar la calidad de vida. Aunque no es posible revertir el desgaste articular, una alimentación adecuada puede prevenir la progresión de la enfermedad y mejorar la salud general de las articulaciones”, sostiene en este sentido el doctor Romero Jurado.
Con ello, este reumatólogo recuerda que el diagnóstico de la artrosis se basa en una combinación de la historia clínica, de la exploración física y de las pruebas complementarias. Entre otras herramientas cita a las radiografías, a las ecografías, a la resonancia magnética, así como a los análisis de sangre.