Ayer por la noche Molotov salió casi con media hora de retraso al escenario princpal del Vive Latino y mientras todos esperábamos, la gente empezó a gritar ¡culeeeeeros, culeeeeeros! pero lo bello de eso fue que realmente no era un grito iracundo, era un grito de cercanía, el grito de un amigo a otro pidiéndole que ya saliera a cotorrear, era un grito de compas.

Tito, Micky, Randy y Paco se han ganado un lugar que nadie más ha podido. En el escenario no sólo son unos ejecutantes de primera, son divertidos, dinámicos y por más alto que esté el escenario, siempre parecen estar cerca. Gracias a esto, las presentaciones de Molotov más que conciertos, se sienten como fiestotas donde conoces a todos los invitados tan bien que les puedes mentar la madre sin que se ofendan.

Después de 20 años de hacer música, la trascendencia de Molotov ya no está en tela de juicio, son una leyenda nacional y se acabó. El reto con las bandas que llegan a esa posición suele ser la vigencia; el público jamas se va a cansar de escuchar los viejos éxitos, pero si siempre le das a la gente lo que quiere, corres el riesgo de que tus nuevas creaciones se queden para siempre sin ser coreadas por las masas. Por suerte parece que los Molotov tienen muy claro esto porque aunque nos dejaron gritar, brincar y empujarnos con «Chinga tu Madre», «Amateur», «Que no te Haga Bobo Jacobo» y «Mátate Teté», la primera mitad del show estuvo alternando entre las favoritas de siempre y canciones del Agua Maldita, las cuales -a pesar de tener menos de un año publicadas- eran recibidas con ovaciones y cantadas por casi todo el público. Eso es un gran logro para cualquier banda del mundo.

Además de que no han perdido el buen humor, es reconfortante ver que ninguno de ellos ha dejado atrás sus ganas de gritar lo que les molesta. Tuvimos oportunidad de estar con ellos durante varias hora previas a su presentación y en las entrevistas jamás respondieron una pregunta con eufemismos, después de 20 años siguen siendo tan directos como siempre, y obviamente aún usan el escenario para que su voz llegue más lejos y suene más fuerte. Todos sabemos que «Gimme tha Power», «Frijolero» y «No Existe» tiene un fuerte contenido político, pero la mención especial de la noche debe ser «Hit Me» -una de las mejores canciones que han escrito- porque a través de los visuales nos recordaron a todos, que nos siguen faltando 43 y muchos, pero muchos más.

Y aunque todas las fiestas tienen que acabar, la celebración de los 20 años de Molotov no se termina después de la última nota, se celebra camino a casa, cansados, sucios, golpeados, felices de que esta sólo fue una de muchas presentaciones de Molotov que nos faltan por ver.

¡Larga vida a Molotov!

       

Fotos: Mon Castro

@elyex