Quito: Plan piloto educativo sería modelo para aplicarlo en otras entidades del sector
Cada quince días se evaluará cómo se desarrolla el plan piloto de retorno a clases presencial y voluntario que empezó a ser implementado este miércoles en Quito, en el colegio particular SEK.
Había sido autorizado por el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) nacional el pasado 10 de septiembre.
Se aplica cuando Quito es el epicentro del coronavirus.
Poco alumnado
Veintidós niños del establecimiento, desde prekínder hasta primero de básica, empezaron a llegar antes de las 08:00 de este miércoles a las instalaciones.
Profesores –disfrazados de diferentes personajes– les iban tomando la temperatura a cada uno de los alumnos, quienes usaban mascarilla. Luego, les colocaban gel en las manos, entregaban un regalo y los dirigían a las aulas, que acogerán a siete estudiantes.
El horario será hasta las 15:45, de lunes a viernes. Además se extendió el tiempo de clases de 45 minutos a una hora con el objetivo de dar espacio para el aseo personal y las medidas de bioseguridad.
El viceministro de Gestión Educativa, Andrés Chiriboga, dijo que esa entidad educativa presentó el plan piloto según la infraestructura, planta docente, número de estudiantes. Si bien se inició con 22 alumnos, lo autorizado permite llegar a un máximo de 50.
“Desde los niveles iniciales hasta tercero de básica porque entendemos que es más seguro para ellos, la enfermedad es menos agresiva en estos casos y adicionalmente el trabajo focalizado, con grupos pequeños, puede llevarse adelante de una mejor manera”, indicó.
La evaluación, agregó, tiene el objetivo de ir mejorando las prácticas educativas, así como de los controles para trasladar esa experiencia al sistema educativo y el momento en que se inicie el retorno voluntario progresivo a las aulas sea de una mejor manera.
El funcionario sostuvo que para volver a las aulas hay tres niveles de voluntariedad: los padres de familia, COE de cada cantón, que autoriza el uso del suelo, y la autorización del COE nacional.
“Tenemos instituciones educativas absolutamente diferentes entre sí y esto hace que, por supuesto, cada realidad tenga que ser analizada en su momento por su comunidad educativa”, dijo Chiriboga.
Nelly Varela, directora del SEK, señaló que la capacidad de la entidad es para más de 1.000 estudiantes. Además, que su infraestructura permite que haya recreos diferenciados y escalonados. “Y que las familias puedan salir a trabajar mientras sus niños están aquí siguiendo los protocolos, esa es la idea también”, dijo. (I)