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Así penaliza el invierno la autonomía de tu coche eléctrico

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El frío, el invierno y las bajas temperaturas, por lo general, no son muy buenos amigos del coche, y en el caso del eléctrico, tampoco. No es ningún secreto que a este tipo de vehículos no les favorece tanto las condiciones de calor extremo, pero lo mismo sucede con las que tienen que ver con las rascas intensas del lado contrario. En este sentido se encuentra un favor al que esto le afecta más de la cuenta, y es la autonomía.

¿Sus prestaciones cambian en invierno?

Estamos relativamente acostumbrados a lidiar con heladas y rasquetas para usar en el parabrisas, pero ¿cómo afecta el frío y el invierno a los usuarios de un coche eléctrico? En este caso las condiciones extremas pueden afectar a según qué componentes del mismo, aunque eso no significa que el vehículo no pueda rodar en estas condiciones.

Por lo tanto, tal y como citan algunos fabricantes de estos que podemos hallar, simplemente debemos incorporar determinados hábitos a nuestra rutina para garantizar las buenas prestaciones de nuestro electrificado. En ello, gran parte se concentra en sus baterías, con seguridad uno de los elementos clave del automóvil, pero del que también se hace como el alterado en esta naturaleza.

Cuando se trata de un vehículo cero emisiones con una autonomía de 400 o 500 kilómetros, desperdiciar energía no es un problema tan grave. La cosa cambia cuando en nuestras manos tenemos un modelo cuya independencia eléctrica ronda los 200 o 300 kilómetros. Entonces, la pregunta es: ¿tanto penaliza a la autonomía el invierno en un coche eléctrico?

Cómo penaliza el invierno la autonomía al coche eléctrico

Asimismo, y aunque los fabricantes buscan que se asemejen lo máximo posible a los vehículos de combustión para que nos adaptemos a ellos rápidamente, existen detalles que debemos tener en cuenta a la hora de conducir este tipo de coches en condiciones de invierno.

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Esto no es algo nuevo. Las baterías de los coches eléctricos, hoy por hoy, sufren y se ven alteradas por el frío y el calor extremo. De hecho, es bastante normal encontrar cómo las marcas advierten que sus vehículos pueden ver mermada su autonomía en función del ambiente y en especial ante las temperaturas anómalas.

Sin ir más lejos, Tesla ha basado algunas de sus imágenes promocionales en redes sociales en vídeos donde se ven sus modelos recorrer carreteras heladas, en un intento por demostrar su operatividad incluso en estas situaciones. De todos modos, no es algo que haya hecho exclusivamente la de Elon Musk, siendo otras como las del grupo Volkswagen, Hyundai o Peugeot, entre varias, las que también se han dirigido hacia este aspecto. Pero, ¿a qué se debe esto? ¿Hay alguna respuesta para ello?

A qué se debe y cómo podemos evitarlo

La batería del coche es un elemento fundamental en cualquier vehículo con motor, incluso en aquellos que no son ni híbridos ni eléctricos. Todos los vehículos necesitan un lugar donde almacenar energía, como mínimo para ponerse en marcha. Sin la electricidad suministrada no es posible la puesta en marcha con la que los coches producen la energía suficiente para moverse.

Todo empieza con la batería y, ahora que hace frío, este es uno de los componentes que más se resiente. Las actuales, de iones de litio, pese a ser la tecnología más asentada y la que usan eléctricos que salen al mercado, tienen algunas limitaciones a la hora de reaccionar ante bajas y altas temperaturas.

Esto es por las reacciones electroquímicas, unas reacciones que se ralentizan al bajar la temperatura, reduciéndose las prestaciones de las unidades, por lo que se reduce tanto la corriente máxima, y por tanto la aceleración del vehículo, como su capacidad, y por tanto la autonomía. En la práctica, esta tiende a disminuir, pero ante las bajas temperaturas el coche también puede perder potencia, ya que a medida que la temperatura desciende el líquido dentro de las celdas de la batería transcurre más lento. Esto, por su parte, puede afectar a los tiempos de carga, que se extienden más.

Para evitar este efecto del invierno, lo que más se aconseja es aparcar el coche eléctrico en un lugar protegido del frío. A esto hay que añadir otro factor importante: debemos mantener la batería a su máximo nivel, aunque no vayamos a realizar un trayecto próximamente. Ello repercutirá favorablemente.