Así evitan que la gente orine en las calles de Hamburgo
Y una mañana vas caminando feliz de la vida, con tu mente hundida en tus propios pensamientos. Todo es paz… hasta que la calma se rompe gracias a un olor desagradable. Huele a orina, señal inequívoca de que, o ya te ganó y debes considerar usar pañal, o bien, que alguien uso como baño público la pared junto a la que caminas.
Pocas cosas hay tan desagradables como el olor de orina humana calentada por los rayos del sol. A todos nos ha pasado esta hermosa experiencia de vida, sobre todo cuando caminamos por determinadas zonas de la Ciudad de México, o del lugar en el que vivimos. Dicho problema no es privativo de nuestro país, pues borrachos miones hay en todo el mundo.
Cansados de batallar con este tipo de olores fétidos, en el distrito de St. Pauli, en la ciudad alemana de Hamburgo, idearon un método para evitar que la gente ande bendiciendo las paredes, o al menos que se lleven una buena lección por hacerlo. Y es que éste es uno de los barrios con mayor vida nocturna en Europa (algo así como la Condechi, pero en versión padre), así que ya se podrán imaginar la de parranderos que andan regando el tepache en la calle cada madrugada.
Por eso un grupo denominado St. Pauli Community of Interest ideó un sencillo pero efectivo plan para persuadir a la gente sobre no orinar en la vía pública: Aplicar en las paredes un recubrimiento superhidrófobo, cuya principal función es repeler la orina (o cualquier otro líquido). Con esto, quien haga sus necesidades en la calle terminará con las piernas orinadas.
-Y para que no digan que sobre advertencia no hay engaño, en estas paredes hay letreros donde se señala que está prohibido orinar-
Aquí un video de cómo funciona la cosa:
Otro de los planes que buscan implementarse en St. Pauli, es el uso de una tarjeta especial para los clientes de los bares, que les será sellada cada que vayan al baño. Al juntar seis visitas obtendrán una bebida gratis.
Los residentes en St. Pauli no pretenden ahuyentar al turismo con esta medida, al contrario, para ellos los visitantes son bienvenidos siempre y cuando sigan las reglas básicas de civilidad, como no orinar en las paredes.
Les preguntamos a ustedes, queridos lectores que son amantes de la vida nocturna y la cerveza, ¿una medida así funcionaría en México?