Así afecta a tu coche diésel la nueva norma de emisiones Euro7
El vehículo del futuro será verde o no será. O al menos esta es la hoja de ruta que marca el gran proyecto climático que puso en marcha la Comisión Europea y con el que pretende poner fin a la venta de coches de combustión en 2035 y cuyo último objetivo es alcanzar la ansiada huella de carbono neutral en 2050. Esta es la que se conoce como normativa Euro7 y que amenaza de lleno a tu coche diésel. Si tienes alguna inquietud recuerda contactarnos a través de nuestras redes sociales, o regístrate y déjanos un comentario en esta página. También puedes participar en el WhatsApp. Si usas Telegram ingresa al siguiente enlace.
El ciclo Euro7 no dejará muchas maniobras
En planes de muchas marcas, para 2026, se encuentra una gama de modelos en los que la electrificación es la protagonista dejando relegadas a las variantes de combustión. Realmente, ¿por qué se está adoptando este cambio de tendencia?
Lógicamente, para que tengamos una movilidad más sostenible, pero, también, porque la normativa Euro7, el teórico futuro ciclo de homologación de emisiones, todavía pendiente de aprobar que entraría en vigor en 2026, no deja mucho margen de maniobra.
Una dificultad de estos cambios de la que esta norma se centra en las emisiones de gases nocivos, como los NOx (óxidos de nitrógeno, que no son exclusivos de los diésel), el monóxido de carbono (CO) y los hidrocarburos no quemados, así como las partículas finas. Es así que los fabricantes, especialmente aquellos que aún cuentan con coches diésel en sus manos, tendrán que cumplir esta norma para homologar sus nuevos vehículos con motores de combustión.
Qué es lo que ocurre
La necesidad de otra norma de emisiones Euro para coches y furgonetas es evidente. El transporte por carretera sigue siendo la principal fuente de emisiones tóxicas de NO2, así como que la contaminación atmosférica es especialmente grave en las ciudades congestionadas por el tráfico, ya que muchas ciudades de la UE siguen superando las Directrices de Calidad del Aire de la OMS.
La contaminación atmosférica provocada por el transporte por carretera causa una amplia gama de problemas de salud, como la inflamación de las vías respiratorias, el aumento de los ataques de asma y las muertes prematuras, que afectan de forma desproporcionada a las personas vulnerables.
Es ahí donde la Euro7 tiene especial interés, sobre todo porque esta reglamentación pretende rebajar entre un 50 y un 90% en relación a los niveles actuales. De la misma manera, también eliminará contaminantes que antes se toleraban, como el metano, el óxido de nitroso o el amoníaco, este último presente en los filtros catalíticos SCR de los diésel con Adblue.
De todas formas, para que un coche pueda ser homologado, este tendrá que cumplir con los límites de emisiones establecidos en cualquier circunstancia y no solo en el momento de su homologación o posible ITV. Esto quiere decir que los coches nuevos tendrán que llevar un sistema de autodiagnóstico integrado que analizará las emisiones en todo momento.
Se prevén metas hasta 10 veces más duras
El problema, con todo, es que los fabricantes sienten recelo por la normativa Euro 7 mientras que no se lleve a cabo una inversión todavía mayor en los planes de electrificar las calles y carreteras: sin una creciente red de puntos de recarga de vehículos eléctricos se antoja complicado cumplir con todas las metas y normas que se prevén hasta 10 veces más severas.
De todos modos, actualmente, la propuesta de Euro 7 está aún en desarrollo y, por tanto, no existe todavía una propuesta final sobre los nuevos ensayos y límites de emisiones que se van a establecer.
Por último, cabe destacar que esta norma afecta a todos los vehículos que equipen motores de combustión interna de gasolina y diésel, por lo que incluye, también, a las nuevas tecnologías de bajas emisiones y cero emisiones, como los híbridos. Estos son los HEV, PHEV, gas natural, GLP, hidrógeno, biocombustibles y combustibles sintéticos.