La policía de Río de Janeiro, en Brasil, arrestó a 55 personas en una operación para desmantelar una organización de clínicas ilegales para abortos.

Las autoridades brasileñas tomarón las medidas luego de la muerte de dos mujeres que buscaron interrumpir su embarazo.

La policía dijo que se emitieron órdenes judiciales para otras 20 personas sospechosas de formar parte de la organización en lo que incluyen a médicos y funcioanrios del cuerpo policial.

En Brasil el aborto sólo se permite si el embarazo pone en riesgo la vida de la madre o es resultado de una violación.

No hay un conteo preciso de los abortos ilegales practicados en Brasil, pero varios expertos calculan que se realizan entre 800.000 y un millón cada año.

El mes pasado, la policía encontró el cuerpo quemado de Jandira Magdalena dos Santos quien, según su ex esposo, había ido a una de las clínicas para abortar. La policía informó que murió al practicarle el aborto y que su cuerpo fue llevado a una pequeña granja afuera de Río y dejado oculto en un vehículo.

Según el sitio de noticias G1, el responsable de la propiedad dijo a la policía que él ayudó a incendiar el vehículo y el cadáver de Santos, el cual fue identificado a través de pruebas genéticas.

Elizangela Barbosa murió por un legrado en una clínica clandestina cerca de la ciudad de Niteroi.

La policía dijo en un comunicado que la organización realizaba abortos a mujeres «en diferentes etapas de la gestación, incluso avanzadas».

El grupo también realizaba abortos en otros estados en «lugares antihigiénicos que ponían en riesgo la salud de las mujeres», informó la policía.