Alejandra Oraa: «Me duele mucho dar una mala noticia de Venezuela»
Al momento de publicarse esta entrevista, Alejandra Oraa corre el Maratón de Nueva York por tercer año consecutivo. Pero esta, de 42 kilómetros, no es su primera carrera de largo aliento.
Luego de perder todo en la tragedia de Vargas, Oraa y su familia se mudaron a Caracas, una ciudad a la que les costó adaptarse. En julio de 2000 decidieron partir a Estados Unidos. Solo tenía 12 años de edad y acostumbrarse a un nuevo país fue un proceso complejo.
Aun cuando ha vivido más de la mitad de su vida en el extranjero, su venezolanidad prevalece en su gusto por los tequeños, los Tiburones de La Guaira y el Ávila.
Intenta venir al país con frecuencia, pues casi toda su familia está aquí. Afirma que siente tristeza cada vez que le toca dar una mala noticia de Venezuela, pero intenta que el corazón no tome control del momento. «El periodista debe humanizarse», dice.
-¿Cómo llega a CNN?
–Yo trabajaba en un noticiero local de Miami. El vicepresidente de producción de ese canal se fue para CNN en Español y un día me llamó porque necesitaban una productora para un programa de salud.
Entregué mi currículo y me contactaron, me querían hacer una audición para un nuevo programa en la mañana.
Viajé a Atlanta, pasé como un mes en período de entrevistas y audiciones.
-Con 26 años de edad es una de las más jóvenes de CNN.
-Sí, soy la más joven de toda la cadena.
-¿Cómo se siente con respecto a eso?
–Es un gran orgullo, pero también mucha responsabilidad. Las personas suelen juzgarte porque sienten que la juventud es sinónimo de irresponsabilidad. Es un compromiso enorme porque, como venezolana, conozco la importancia del periodismo.
-Cuando le toca dar una noticia acerca del país, ¿cómo se siente?
–Me duele mucho dar una mala noticia de Venezuela.
Hay algunas que no quisiera narrar, como por ejemplo que Caracas es una de las ciudades más violentas del mundo, aunque intento que el corazón no tome control de la noticia. Yo no quiero reportar solo malas cosas de mi país, deseo que la gente sepa que Venezuela es más que las cifras de violencia y los problemas políticos.
-¿Cómo ve el periodismo que se hace ahora en Venezuela?
–En los últimos meses he visto una reducción significativa de las ventanas de información del país. Se han sacado programas del aire, como el de Luis Chataing y el de Shirley Varnagy. Veo mucho miedo y necesidad del pueblo de mantenerse informado. Yo sé que en Venezuela tenemos periodistas capaces, inteligentes e imparciales, porque los que he admirado toda mi vida son de aquí.
-¿A quiénes admira?
–Admiro muchísimo a Nelson Bocaranda, César Miguel Rondón y Shirley Varnagy. También a Luis Chataing y Gladys Rodríguez.
-¿Qué tan complicado ha sido labrarse un puesto dentro de CNN?
–No creo que esté labrado. Eso se logra con trabajo y constancia. No es fácil por varias razones: la primera es la edad. Pero he demostrado que a pesar de mi juventud soy seria, imparcial e inteligente. Creo que ahora tengo un pie en CNN en Español, hablemos dentro de dos años y ya tendré los dos.
-¿Continúa tocando piano?
–¡Claro que sí! Hace como cinco meses CNN en Español publicó en Twitter un video en el que aparezco tocando «Venezuela».Todo el mundo lo vio, así que puedo decir que perdí la pena.