Ajustes de cuentas entre bandas, femicidios, sicariatos, balaceras… Octubre y noviembre fueron meses trágicos en el país, pues de acuerdo con las estadísticas oficiales, fueron los más violentos de los últimos siete años.

El Ministerio de Gobierno registró 134 homicidios en octubre y 146 en noviembre. No se había alcanzado ese nivel de violencia desde enero de 2014, cuando se registraron 151 crímenes.

El incremento de casos fue tal en Guayas que la Policía hablaba de un ajusticiamiento entre bandas criminales a finales de noviembre. Mientras que autoridades civiles y policiales de El Oro anunciaban un plan conjunto para mitigar la violencia. Y en Los Ríos, la fuerza pública reconocía que el ajuste de cuentas entre pandillas estaba fuera de control.

El país ya tuvo un repunte de muertes violentas, aunque menor, entre octubre de 2019 y febrero de 2020. En marzo, con la entrada en vigencia del confinamiento para contrarrestar la pandemia del COVID-19, las muertes violentas se redujeron, pero en junio volvieron a subir hasta alcanzar el pico actual.

Esta ola convirtió al 2020 en el más violento del último septenio. El Ministerio de Gobierno registró 1.200 muertes violentas en todo el país, entre enero y noviembre de este año. Esta cifra está por encima de las registradas entre 2014 y 2019, en esos mismos meses.

Los femicidios, en particular, tuvieron un repunte grave en 2020. Se registraron 71 casos entre enero y noviembre. El año pasado, en ese mismo periodo, hubo 61 y en 2018, 55.

Los cantones donde más se incrementaron las muertes violentas este año con respecto al anterior fueron: Naranjal, con un aumento del 133 %; El Empalme, con el 100%; Durán, con el 80 %; Manta, con el 69 %; Machala, con el 52 %; Quevedo, con el 45 %; y Cuenca, con el 43 %.

En Guayaquil, las muertes violentas pasaron de 244 en 2019 a 309 en 2020, solo entre enero y noviembre de esos años. Esto significó un incremento del 27%. En Quito, este tipo de delitos se mantuvo en el mismo nivel: 122 casos en 2019 y 125 en 2020.

El 60 % de los crímenes reportados hasta el momento a nivel nacional se cometieron con armas de fuego. En el 25 % de los casos se usaron armas blancas. El resto se ejecutaron con armas contundentes, constrictoras (estrangulamientos) y sustancias letales (veneno).

Las víctimas, en su mayoría, tenían entre 25 y 39 años. (I)