Las reformas a la Educación Superior son intrascendentes y no aportan en nada, destaca exrector de la Universidad Central
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Además el texto apunta que el nuevo CES deberá proponer en un año otras reformas a la Ley, es decir ni el Ejecutivo confía en su propia proyecto, agregó.
Edgar Samiego, exrector de la Universidad Central, calificó a las reformas de Educación Superior como intrascendentes y que no aportan en nada a la sociedad, pues ni siquiera garantiza el libre acceso a las Universidades como se ofreció en campaña, ya que incluso el titular de la Senescyt Alejandro Ribadeneira, salió a decir que se malinterpretó las declaraciones del ahora presidente Guillermo Lasso y que más bien se permitirá a los estudiantes escoger la carrera: “Pero en redes vemos todo lo contrario”.
Criticó que algunos medios de comunicación de comunicación destaquen la intención de dar libertad a los estudiantes para escoger carrera, cuando eso siempre existió ya que, dijo, en sus 54 años de ejercicio en la docencia no le consta que haya habido una sola autoridad universitaria o del Ejecutivo que le haya obligado a un joven a seguir una profesión: “Lo que ha ocurrido es que si un joven no alcanza un cupo en alguna carrera en específico, la Senescyt le responde que tiene cupos pendientes en otras por las que podría optar o sino que espera una nueva oportunidad, de tal manera que debemos decirle al pueblo la verdad”.
Además indicó que no se ha eliminado el examen de ingreso sino únicamente le han cambiado de nombre; a ello se suma la pretensión de querer cobrar a los jóvenes el curso propedéutico que se brinda de manera gratuita a quienes no alcanzan el puntaje requerido para ingresar a una carrera, a fin de nivelarlos: “Esto violenta la Constitución que establece la gratuidad, con eso lo que se conseguirá es disminuir las posibilidades de jóvenes con escasos recursos para que puedan ingresar”.
Samaniego puso en entredicho la información del titular de Senescyt, respecto al incremento de cupos de 99 mil a 125 mil, pues, dijo, en unas averiguaciones que hiciera a Universidades de Quito, Guayaquil y Cuenca en la carrera de medicina, los cupos siguen en igual número: “No se ha incrementado en este semestre un solo cupo, en la Central tiene 250 cupos semestralmente desde hace cinco años, en la Universidad de Guayaquil 400, en la Universidad de Cuenca 50. Seguramente a lo que se refiere es a las carreras en áreas sociales que valdría la pena especificar y clarificar”.
Criticó que además en la normativa se retire la posibilidad de que la Senescyt puede vigilar y hacer estudios del costo por estudiante y universidad a fin de distribuir los recursos e incluso le quita la posibilidad de fiscalizar a las Instituciones de Educación Superior.
De otro lado, reprochó que se hable del Consejo de Educación Superior como un obstáculo para impulsar nuevas ofertas académicas cuando nunca fue así, ya que las Universidades pueden presentar los documentos para crear carreras y en un plazo máximo de 45 días la entidad debía responder caso contrario estaba aprobada automáticamente.
“Es peligroso para el avance académico y científico que requiere carreras para salir de la postración económica y social, quitarle al CES la potestad de revisar o estudiar las carreras que se quieren ofertar”.
Puntualizó que actualmente los vocales académicos del CES eran designados por concurso y entre ellos se elige al Presidente cada año de manera rotativa, pero ahora las reformas plantean que ese cargo será designado por el Ejecutivo y que ya no habrá tres representantes de los estudiantes sino solo uno y sin cumplir ningún requisito.
Subrayó que en la reforma se propone que en un año el nuevo CES, con delegados del Presidente de la República, prepare una nueva ley de Educación Superior, es decir el Gobierno Central no confía en su propia propuesta: “Lo que debe hacer la Asamblea es rechazar este proyecto de reforma que no reforma nada y es totalmente intrascendente”.