La madre acusada del asesinato de ocho niños en Cairns, en el noreste de Australia, todavía «no se ha dado cuenta» del horror de su acto, informó este lunes su abogado.

Hospitalizada bajo estricta vigilancia desde el descubrimiento de los cadáveres de los niños el viernes 19 en su domicilio de Manoora, un barrio de Cairns, Raina Mersane Ina Thaiday, de 37 años de edad, «hace frente tanto como le es posible por el momento», indicó Steven MacFarlane tras finalizar una audiencia preliminar en el tribunal de Cairns.

El abogado había demandado a la justicia de presentar el caso ante una cámara de lo criminal tratando el expediente de acusación, considerando disturbios mentales en la acusada, pero el tribunal lo rechazó.

Raina Mersane Ina Thaiday, también conocida como Mersane Warria, fue encausada por asesinato el domingo tras la tragedia que conmueve al país. Es sospechosa de haber matado a siete de sus hijos, tres niñas de 2, 11 y 12 años de edad, y cuatro varones, de 5, 6, 8 y 9 años, así como a una sobrina de 14.

La familia pertenece a la comunidad del estrecho de Torres, población autóctona originaria de las islas cercanas a las costas del Estado de Queensland. «Yo no soy médico, pero creo que ella probablemente sabía lo que ocurría pero sin realmente comprenderlo, en mi opinión todavía no se ha dado cuenta», explicó MacFarlane.

La prensa local cita testimonios divergentes de algunos vecinos, unos que señalan a una mujer recientemente abocada a la religión, otros hacen referencia a fiestas nocturnas con consumo de alcohol y drogas.

Los investigadores rechazan comentar estas alegaciones, al igual que aún no han revelado la forma en que murieron los ocho niños: acuchillados con arma blanca o asfixiados, como mencionan algunos medios de prensa por informaciones de fuentes anónimas.

Mientras que los técnicos de la policía científica continúan trabajando en la vivienda de protección social donde ocurrió la tragedia, el representante de la ciscunscripción en el parlamento del estado de Queensland anunció que la casa probablemente será derribada y en el terreno se erigirá un monumento a la memoria de las jóvenes víctimas. «Es lo mejor que podemos hacer para ayudar a la familia, pero también a la comunidad local», justificó Gavin King.