Ecuatoriano fue localizado tras terremoto en Nepal

La Embajada de Argentina en Nueva Delhi encontró ayer al ecuatoriano Nicolás Kingman y a su esposa, Magali Kanterewicz, de nacionalidad argentina, en un poblado lejano al epicentro del terremoto que sacudió a Nepal.

Tras la tragedia, familiares de Kingman publicaron en sus cuentas de redes sociales que no tenían noticias de la pareja. Difundieron una fotografía y señalaron que probablemente se encontraba en el campamento base del Everest.

Una pariente solicitó ayuda al canciller Ricardo Patiño a través de Twitter.

La viceministra de Relaciones Exteriores, María Landázuri, canalizó la atención y a las 13:00 de ayer informó que Kingman y su esposa estaban sanos y salvos.

Más tarde, la Cancillería emitió un comunicado informando que la Embajada argentina había ubicado a la pareja. (I)

Ecuador se solidariza con Nepal, y pide a ecuatorianos residentes contactarse con consulado

El Gobierno de Ecuador se solidarizó este domingo con Nepal por los devastadores efectos causados por el terremoto del sábado y trasladó sus condolencias a las familias de los fallecidos.

En un comunicado de la Cancillería, el Gobierno de Ecuador expresó «su consternación ante los devastadores efectos del terremoto» que, según el Ministerio del Interior del Gobierno nepalí, ha dejado hasta ahora 2.357 muertos y más de 6.000 heridos.

La Cancillería solicitó a los ciudadanos ecuatorianos que se encuentren en las regiones afectadas por el desastre natural en Nepal y la India o intentando acceder a ellas que se pongan en contacto con la Sección Consular de Ecuador en Nueva Delhi.

Un terremoto de magnitud 7,8 en la escala de Richter devastó el sábado gran parte del valle central de Nepal dejando viviendas destruidas, carreteras destrozadas y las telecomunicaciones y conexiones eléctricas afectadas en esa zona, donde se encuentra Katmandú.

Sólo en la capital nepalí hay más de un millar de muertos, según fuentes oficiales.

Este terremoto es el de mayor intensidad en casi 80 años en el país y el peor que ha registrado la región en una década, desde que en 2005 un movimiento telúrico causó una tragedia de grandes dimensiones en Cachemira, con un balance de más de 84.000 muertos. (I)

Terremoto de 7,9 grados deja más de 1.000 muertos en Nepal

El balance de muertos en el terremoto ocurrido en Nepal este sábado supera ya los 1.000 muertos, informó la policía nepalí. «El balance de víctimas ha alcanzado las 1.170», dijo el portavoz policial Kamal Singh Bam a la AFP, añadiendo que las operaciones de rescate seguían en marcha.

Elterremoto de magnitud 7,9, que causó, además, cuantiosos daños materiales en Nepal, provocó también una avalancha que sepultó un campo de montañistas en el Everest.

Más temprano, las autoridades indicaron que al menos 876 personas fallecieron en el país, incluidas 524 en el valle de Katmandú. El sismo también dejó más de 20 muertos en los vecinas China, India y Bangladesh.

«Ha habido muertos en todas las regiones excepto en el extremo oeste. Todo nuestro personal de seguridad ha sido desplegado para rescatar y atender a los necesitados», explicó un portavoz de la policía nepalí, Kamal Singh Bam, a la AFP.

Los mayores daños se registraron en Katmandú donde el terremoto, que se produjo hacia el mediodía (01:11 de Ecuador), desató el pánico entre la población, que salió a las calles despavorida, y arruinó a numerosos edificios.

La histórica torre Dharahara, una de las mayores atracciones turísticas de la ciudad, no resistió las sacudidas y sus nueve pisos se vinieron abajo dejando un montón de escombros.

El terremoto destruyó el símbolo de Nepal, la emblemática Torre Bhimsen o torre Dharahara

Un fotógrafo de la AFP vio cómo retiraban por lo menos 12 cuerpos de entre las ruinas de la torre, donde seguían trabajando los equipos de rescate.

«A mi alrededor, los muros de las casas se han caído. Todas las familias están fuera, en el patio, acurrucadas las unas contra las otras, los temblores continúan», constató el corresponsal en Katmandú.

«Todo empezó a temblar. Todo se caía. Las paredes en torno a la vía principal se derrumbaron. Las puertas de los estadios colapsaron», dijo Anupa Shrestha, un residente de la zona.

Una responsable de la embajada de Holanda en la capital nepalí, Kari Cuelenaere, contó que una piscina se vació por completo en un hotel donde celebraban la fiesta nacional holandesa. «Fue horrible, de repente todo el agua salió de la piscina y mojó a todos, los niños empezaron a gritar», puntualizó.

El terremoto cortó vías de acceso a la capital y causó daños en el aeropuerto internacional de Katmandú, que tuvo que cerrar «por motivos de seguridad», según su director, Birendra Prasad Shrestha.

Por otra parte, responsables locales señalaron que una avalancha causada por el terremoto dejó 10 muertos, «incluidos alpinistas extranjeros», en el campo base del Everest, donde cientos de montañistas se habían reunido ante el comienzo de la temporada anual de escalada.

«El alud del Monte Pumori alcanzó el campo base y sepultó una parte», indicó a la AFP Gyanendra Kumar Shrestha, del ministerio nepalí de Turismo.

Un periodista de la AFP, Ammu Kannampilly, que se hallaba entre las personas que quedaron bloqueadas en el campo, explicó que los helicópteros no podrán acceder a la zona ya que está nevando.

Dos experimentados montañistas contaron, por su parte, que el pánico se apoderó del campo base, que estaba lleno de gente y sufrió «graves daños». Otra persona explicó que el terremoto provocó una «enorme avalancha».

«Tuve que salir corriendo de mi tienda de campaña para salvar la vida. Ileso. Mucha, mucha gente, en la montaña», tuiteó el montañista rumano Alex Gavan, que se disponía a escalar el cercano Lhotse, el cuarto pico más alto del mundo.

El terremoto duró entre 30 segundos y dos minutos y se sintió en varias zonas del norte de India, confirmó Laxman Singh Rathore, director general del Departamento Meteorológico de India, que aseguró que se produjo una réplica de magnitud de 6,6, 20 minutos después del primer sismo.

Al menos 26 personas murieron en India, sobre todo en el Estado oriental de Bihar.

En Nueva Delhi, el edificio de la AFP tuvo que ser evacuado en dos ocasiones, indicó un corresponsal de la agencia.

«Estamos todavía recogiendo información y estamos tratando a ayudar a los afectados, en nuestro país y en Nepal», dijo en Twitter el primer ministro indio, Narendra Modi.

Según la agencia de noticias china Xinhua, dos personas, entre ellas una mujer de 83 años, murieron en Tíbet como consecuencia del terremoto.

El sismo también se sintió en varias regiones de Bangladesh, provocando escenas de pánico en la capital Daca, donde los habitantes salieron corriendo a las calles.

En una fábrica textil de Savar, en las afueras de Dacca, al menos 50 trabajadores resultaron heridos en una estampida provocada por el terremoto.

En 2011, un terremoto de magnitud 6,9 sacudió el nordeste de India, y alcanzó Nepal, con un saldo de 110 muertos.  (I)

Escalofriante. En India, violadores no se arrepienten y dan testimonio en documental

En 2012 una estudiante india fue brutalmente violada en un autobús que circulaba por Nueva Delhi y murió como consecuencia de las terribles heridas internas que recibió.

La realizadora británica Leslee Udwin, quien hizo un documental sobre el caso para el canal BBC Four que se emitirá el fin de semana, habló con algunos de los violadores que fueron condenados a la pena de muerte por este crimen.

El documental ha indignado a muchos en India y una Corte emitió una medida cautelar para bloquear su transmisión.

Udwin dijo que volvió de India conmocionada por el trato que allí reciben las mujeres, pero esperanzada por el trabajo de quienes buscan un cambio.

Este es su testimonio:

Los horripilantes detalles de la violación me hicieron pensar que iba a encontrarme con monstruos dementes. Psicópatas. Pero la verdad fue mucho más escalofriante. Eran hombres que parecían normales y no tenían nada fuera de lo común.

El 16 de diciembre de 2012 la mujer de 23 años había ido al cine a ver Life of Pi («La vida de Pi» o «Una aventura extraordinaria») con un amigo. A las 8:30 de la noche se subieron a un autobús en el que viajaban seis hombres: cinco adultos y un menor.

El grupo golpeó al hombre y cada uno de ellos tomó turnos para violar a la mujer, antes de atacarla ferozmente con un objeto de hierro.

El conductor del bus, Mukesh Singh, me describió con detalle qué pasó durante y después del incidente.

Según los fiscales, él también participó de la violación mientras los hombres tomaban turnos para conducir, pero Singh me aseguró que se quedó todo el tiempo al volante.

Él y otros tres de los atacantes apelaron su sentencia de muerte.

No tienen remordimiento

A lo largo de 16 horas de entrevistas, Singh jamás mostró remordimiento y se la pasó expresando su sorpresa de que le dieran tanta atención a esta violación cuando es algo que, según él, ocurre comúnmente.

«Una mujer decente no deambula por ahí a las 9 de la noche. Una chica es mucho más responsable de una violación que un chico», dijo.

Este miércoles, activistas del Centro Unitario Socialita Indio (SUCI) participan en una manifestación pidiendo que se aplique la pena de muerte contra Mukesh Singh, acusado de violación, en Calcuta, India. Foto: EFE.

«El trabajo doméstico es para las mujeres, no andar circulando por discos o bares de noche haciendo cosas equivocadas, usando la ropa inadecuada. Sólo el 20% de las mujeres son buenas».

Singh consideró que la gente «tiene derecho a darles una lección», y que la mujer tendría que haberlo aceptado.

«Cuando la violaban no tendría que haber luchado en su defensa. Tendría que haber permanecido en silencio y permitir la violación. Si lo hubiera hecho entonces la habrían dejado ir después de ‘hacérselo’ y sólo hubieran golpeado al varón», afirmó.

Su testimonio se puso aún más escalofriante: me dijo que la pena de muerte que les impusieron «hará que las cosas sean aún más peligrosas para las chicas. Ahora cuando las violen no las dejarán ir como hicimos nosotros. Las matarán. Antes decían: ‘dejémosla ir, no le dirá a nadie’».

Pedí que le leyeran la larga y estremecedora lista de las heridas que había sufrido la joven, en busca de una pizca de arrepentimiento, pero no la hubo.

Sería más fácil digerir este crimen atroz si los que lo cometieran fueran monstruos, manzanas podridas, hombres de naturaleza aberrante. Quizá entonces aquellos que creen que la pena de muerte tiene un propósito –y no soy una de ellos- sentirían alivio cuando fueran colgados.

Pero para mí la verdad está muy lejos de esto, y de hecho creo que quizá su muerte esconda el verdadero problema, que es que estos hombres no son la enfermedad, son el síntoma.

Vida sin valor

Mi encuentro con Singh y cuatro de los otros violadores me dejó con una sensación como si mi alma hubiera sido zambullida en alquitrán y no hubiera producto de limpieza en este mundo que pudiera eliminar la mancha.

Uno de los hombres a los que entrevisté, Gaurav, había violado a una niña de cinco años. Pasé tres horas filmando mientras él contaba en detalle cómo había sofocado sus gritos con su gran mano.

Él sonrió durante toda la entrevista, quizás nervioso por la presencia de la cámara. En un momento le pedí que me dijera cuán alta era su víctima. Él se paró e indicó sin perder su sonrisa la altura: cerca de sus rodillas.

La manifestación de este miércoles se da porque la violación de una estudiante de 23 años. Cuatro adultos y un menor fueron acusados de la violación en grupo, en un autobus. Foto: EFE

Cuando le pregunté cómo pudo haber atacado a alguien tan pequeño me miró como si yo estuviera loca y me dijo: «Era una pordiosera. Su vida no tenía ningún valor».

Estos crímenes contra mujeres son parte de la historia, pero la historia completa empieza desde el momento en que una niña no es tan bienvenida como un varón cuando nace. Cuando se distribuyen caramelos cuando nace un niño pero no una niña. Cuando se alimenta mejor al varón.

Cuando se restringen sus movimientos y se limitan su libertad y sus opciones. Cuando es enviada a casa de su marido como una esclava doméstica…

Si a una niña no se le da valor, si vale menos que un varón, entonces es lógico que haya hombres que crean que pueden hacer lo que quieran con ellas.

Inequidad de género

Hablé con los dos abogados que defendieron a los violadores y lo que me dijeron fue muy revelador.

«En nuestra sociedad nunca permitimos que nuestras niñas salgan de la casa después de las 6:30, 7:30 u 8:30 de la noche con desconocidos», dijo uno de ellos, ML Sharma.

«Y con respecto a que un hombre y una mujer sean amigos, lo siento pero no hay lugar para eso en nuestra sociedad. Tenemos la mejor cultura y en nuestra cultura no hay lugar para una mujer».

El otro abogado, AP Singh, había dicho durante una entrevista televisiva: «Si mi hija o hermana tuviera actividades prematrimoniales y cayera en la deshonra ciertamente llevaría a este tipo de hermana o hija a mi granja y frente a toda mi familia la rociaría con petróleo y le prendería fuego».

La inequidad de género es el principal tumor, y la violación, el tráfico de mujeres, el matrimonio de niñas, la matanza de fetos femeninos y los asesinatos «por honor» son la metástasis.

Y el problema en India no es la falta de leyes. Es que no se cumplen las que hay. El artículo 14 de la Constitución le da igualdad absoluta de derechos a hombres y mujeres. La entrega de una dote de matrimonio es un delito, pero muchas familias mantienen esa costumbre de todos modos.

Hasta que -y a menos que- cambie la mentalidad, el cáncer seguirá expandiéndose.

Esperanza

Pero lo que me llevó a hacer este documental no fue la violación misma, fue lo que ocurrió después.

Comenzando el día posterior a la violación y a lo largo de más de un mes, un número sin precedentes de hombres y mujeres comunes salieron a la calle en las ciudades de India para protestar.

Se enfrentaron al frío helado de diciembre y a la represión gubernamental que incluyó cañones de agua, golpes de bastones y bombas lacrimógenas. Su coraje y determinación fueron extraordinariamente inspiradores.

En India, se pide pena de muerte para los violadores de una joven de 23 años, que murió tras los ataques. Foto: EFE

Su presencia me recordó a la multitud en la Plaza Tahrir de El Cairo, Egipto: un encuentro de la sociedad civil para reclamar un diálogo pendiente desde hace mucho tiempo.

Pensé que a pesar de su horrible legado de violencia contra las mujeres, era la primera vez que veía a un país parándose con tanta tenacidad para defender a la mujer, a mí. Y supe que tenía que usar cualquier talento que tuviera para amplificar su reclamo.

A pesar de lo duro que fue para mí enfrentar este desafío emocional y psicológico de mirar en lo más oscuro del corazón humano, lo que me inspiró a seguir adelante fueron estos «nuevos pensadores», en especial los más jóvenes, que quieren el cambio y lo reclaman a gritos.

Soy absolutamente optimista de que estamos en la cúspide del cambio. (I)

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