Rosana, una artista con un cofre lleno de sorpresas

Rosana, una artista con un cofre lleno de sorpresas

Cuando la cantante Rosana apareció descendiendo las gradas del Teatro Nacional de la Casa de la Cultura, en Quito, entre el público y con una insobornable sonrisa el auditorio se percató de que no iba a ser un concierto normal. Y así fue. Tras las dos primeras canciones paró para confabular una broma con la complicidad de los asistentes a las próxima personas que llegaran con retraso. “Es un hábito que compartimos también en mi tierra”, comentó rebosante de energía, conectando de manera mágica con un público totalmente entregado a esta trovadora del amor.

“Si vienen más personas tarde os haré una señal”, haciendo con la guitarra eléctrica un movimiento vertical. “Cuando acabe la canción os diré: ‘hasta siempre, muchas gracias por haber venido’. En ese momento abandonaré el escenario y es muy importante que todos se levanten y aplaudan, como cuando acaba un concierto”. El público aplaudía y se reía a ‘carcajada limpia’ ante semejante propuesta, tan extravagante y divertida. Al cabo de unos tres minutos llegaron las ‘víctimas’, una joven pareja. Rosana hizo el gesto y cuando terminó la canción el púbico se levantó y aplaudió coreando: “otra, otra, otra”, mientras Rosana abandonaba el escenario con toda la banda. La pareja no entendía nada, se miraban con extrañeza y no dejaban de mirar el reloj. Tan solo llevábamos 25 minutos de show.

Calidad acústica

Hilvanó tres nuevos temas parapetada por una solvente banda de batería, bajo y guitarra. Punto a parte la voz de Rosana, de una frescura y tonalidades casi divinas. También ayudó la perfecta acústica del Teatro y en último lugar, pero no menos importante, un público totalmente entregado.

Rosana estaba a gusto y se notaba. Llegó ‘Sin miedo’, el primer hit de la noche. De nuevo paralizó el concierto y animó al público “a cantar hacia a fuera, no hacia adentro. Si tenéis al lado alguien que no canta no os dejéis llevar por su actitud, ¡todos arriba y a bailar!”. Y el público, hipnotizado por su carisma, acataba cada consigna.

“He estado demasiado tiempo sin venir, veo que no me habéis olvidado, os prometo que a partir de ahora me vais a ver mucho más por Quito”, y el público gritaba enfervorecido.

Luego de una hora de concierto llegó la parte acústica. Emocionó con temas como ‘Agua de llorar’ y ‘Vino el sol’. Cuando rozábamos la hora y media, otro parón y una nueva sorpresa: “Voy a ser sincera. El concierto va a terminar y yo voy a volver a salir, me gusta decirlo de antemano. Eso sí, tenéis que aplaudir mucho y así seguimos un rato más”, comentaba mientras el público no paraba de reír.

Grandes éxitos

Por supuesto que salió y tocó algunos de sus grandes éxitos como ‘Si tú no estás’, ‘El talismán’ o ‘A fuego lento’. En ese momento se bajó del escenario y comenzó a recorrer todo el teatro. El público la tocaba, acariciaba su pelo, mientras ella no dejaba de cantar.

En un bonito guiño subió hasta el primer piso, donde estaban los más alejados del escenario y se dio un baño con ellos también. El concierto terminó en una gran farra, todos bailando, cantando, tomándose selfies con Rosana y disfrutando de esos momentos –cada día más escasos- donde público y artista comulgan en uno solo. (MAP)

DATO
Nació en Lanzarote, en las Islas Canarias


CIFRA

10 millones de discos ha vendido Rosana

Ft: La Hora