Se fue sabiendo que todos estaban bien

“mamá, todos estamos bien. Tienes que resistir. Te cuento que Adriano ingresó a la banda de guerra del colegio, puso tu nombre en el tambor. Estaremos contigo hasta el final…”, fue lo último que le dijo Carlos Paredes a su madre, Amada de Jesús Ruiz Briones, antes de que ella muera.

La mujer, de 43 años, dejó de existir la tarde del lunes, en el hospital Luis Vernaza, de Guayaquil. Allí permaneció asilada en el área de quemados durante 11 días. Su pronóstico nunca fue alentador. Sin embargo, sus familiares mantenían la esperanza de que un milagro pudiera salvarla.

La noboleña fue atacada el pasado 28 de junio, en el recinto La Seca, del cantón Daule. Su verdugo presuntamente es su exconviviente, Jaime Quintero, con quien mantuvo casi dos meses de relación, la cual habría terminado por los continuos celos y porque no la dejaba acercarse a sus seres queridos, según dijo Mirian, hermana de la víctima.

El sospechoso la llevó a un basurero localizado en un sector apartado del citado recinto y le roció gasolina. Luego le prendió fuego, recordó Mirian, parada frente al féretro de su ñaña.

Entre lágrimas, la deuda contó que su sobrino, el tercero de los cuatro hijos de su ñaña, se encontraba dentro de la habitación del hospital diciéndole palabras de aliento a su progenitora, cuando de repente el sonido de un pito agudo y repetitivo lo alarmó.

En ese momento la angustia se apoderó del muchacho, ya que el monitor de signos vitales le estaba indicando que el corazón de su madre dejaba de latir.

A medida de que el sonido se agudizaba, la vida de Amada se apagaba y con ello la ilusión de sus familiares. Ellos no habían perdido la fe y anhelaban que un milagro les devolviera a su querida Blanca, como llamaban desde niña a la víctima.

Yully Villamar, sobrina de la fallecida, comentó que en el último reporte médico, los especialistas les informaron que su tía tenía quemaduras de segundo y tercer grado en el 90 por ciento de su cuerpo.

“Incluso, nos dijeron que le daban 48 horas de vida”, manifestó.

La apenada joven recordó la promesa que le hizo su tía, días antes de la desgracia: “Mija, para tu cumpleaños (24 de julio próximo) te voy a cocinar el arroz con pollo que tanto te gusta… Eso nunca pasará”, sostuvo.

Los restos de Amada son velados en la sala de la casa de Marco, el segundo de su hijo. Allí habitó durante ocho años. Será sepultada a las 16:00 de hoy, en el cementerio del cantón Nobol.

En el rostro y en cada palabra de Amada Briones, de 78 años, mamá de la fallecida, la pena por la muerte de la menor de sus seis hijos era evidente.

Lentamente la señora se acercó al féretro y llorando expresó: “Blanquita, mijita, siento que me hablas, despiértate”.

Sus últimas palabras

Los familiares de la fallecida, piden justicia. Mirian dijo que la últimas palabras de su ñaña antes de ser embarcada en el vehículo que la traslado al hospital fueron: “Vayan por mi hijo que está en la gasolinera. Jaime me hizo esto”.

Según los deudos está declaración de la víctima son una de las pruebas que inculpan como el autor del hecho que la llevó a la muerte.

Investigación

Sospechoso compareció por escrito

El fiscal segundo del cantón Daule, Hugo García Vargas, a cargo de la investigación, informó a EXTRA que el pasado jueves el presunto autor del hecho compareció por escrito, por medio de su abogado defensor.

“En el documento el sospechoso alegó su inocencia”, indicó el funcionario judicial.

De ser encontrado culpable, según el artículo 141 del Código Orgánico Integral Penal, podría pagar una condena de 22 a 26 años por el delito de femicidio, acotó el fiscal de Daule.

Irreconocible

Familiares y amigos de la fallecida que acudieron al velorio se asombraron al ver que la cara de Amada había perdido sus facciones