Hugo Chávez y el «Che» Guevara ya tienen perfumes en Cuba

El fallecido presidente Hugo Chávez y el comandante guerrillero Ernesto “Ché” Guevara tendrán desde ahora un perfume que los honre, un aroma que los expertos químicos y diseñadores cubanos esperan, haga pensar a sus compradores en atributos como heroicidad o gallardía.

Colocado sobre la piel, «Ernesto» es más amaderado y dulce con un dejo refrescante; mientras que «Hugo» tiene un olor más suave, a frutos tropicales y se percibe menos penetrante.

«Van a ser perfumes muy atractivos, pero el nombre para nosotros significa (también) mucho», dijo a la AP Isbel González vicepresidenta de investigación y desarrollo de Labiofam, mostrando dos pequeños frascos con etiquetas impresas y un líquido traslucido adentro.

Su sueño es que algún día se pondrán en botellas más elegantes y etiquetarán llamativamente para ser colocadas en los estantes de las tiendas.

Labiofam es el mayor laboratorio estatal cubano en productos naturales. «Hugo» y «Ernesto» son sus primeras incursiones en líneas masculinas de los aromas –ya habían incursionado en la femenina– y con los cuales pretende llegar al mercado de la isla y al extranjero.

La presentación de los perfumes fue un momento importante en el marco del Congreso Labiofam 2014, que se desarrolla en esta capital toda la semana y a la cual asistieron científicos extranjeros, interesados en la experiencia cubana en materia de productos naturales –médicos y químicos–, las especialidad de la casa.

«Fue un reto grandísimo», comento a la AP, Mario Valdés, el bioquímico que al frente de un equipo diseño logró ambos productos». «Son esencias obtenidas a partir de productos naturales y elaboradas por una firma comercial, que es Robertet de Francia» y a los cuales Cuba les aplicó tecnología propia para lograr la fijación.

Valdés y su gente trabajaron un año y medio para lograr estos dos perfumes –y otros dos de la línea femenina llamados «Alba» y «Amalia»– y antes de estar seguros de ponerles semejantes nombres hicieron una encuesta a 122 personas para estar completamente seguros de que funcionaban.