El gobierno de Sao Paulo prohibió la crianza de animales como chinchillas (roedores domésticos) o conejos con el único objetivo de extraerles la piel, una nueva medida en defensa de los animales en este estado brasileño.

Según el proyecto de ley, «los animales criados para este fin son mantenidos en jaulas tan pequeñas que no permiten siquiera que se muevan adecuadamente», sometidos además a malos tratos y estrés.

El objetivo de la ley es preservar «a los animales usados en la industria de abrigos y accesorios como conejos, zorros, visones, tejones, focas, coyotes, ardillas y, en mayor número, chinchillas», señaló el gobierno paulista.

Cada piel de chinchilla cuesta unos 60 dólares y, para un abrigo a la altura de la rodilla, se necesitan unos 200 animales, explica la prensa brasileña. Para fines industriales, el pelo es lo único que se utiliza de la chinchilla.

La ley no fue bien recibida por criadores de estos animales, quienes mataron a 1.500 hembras de esta especie para evitar su reproducción. «Treinta mil chinchillas van a morir por causa de esa ley», dijo Carlos Peres, presidente de la Asociación de Criadores de Chinchilla. “El proyecto va a ser aprobado, para nosotros se acabó», sentenció.

En enero de este año Sao Paulo ya había prohibido el uso de animales en pruebas de la industria de productos cosméticos, perfumes y de higiene personal.