Glenda Morejón: ‘Mi sueño es darle a Ecuador una medalla olímpica’

Ibarra –

Aunque es triple monarca sudamericana, ganó oro en Kenia, en el Mundial de Marcha Menores 2017 (5 kilómetros), y el domingo pasado se colgó dos preseas de plata en China (en 10 km, individual y por equipos), Glenda Morejón no deja de soñar. La andarina nacional quiere estar en un podio olímpico.

La ibarreña quiere seguir los pasos de Jefferson Pérez, su ídolo y ejemplo, con quien dice tener “historias vinculadas” de dificultades, sacrificios, esfuerzo y perseverancia. Y como Jeff, la marchista que cumplirá 18 años el próximo 30 de mayo, tiene ideas claras.

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Por eso asevera que ya “es momento de formar un equipo multidisciplinario con médico, nutricionista y traumatólogo” para ir a competencias. Este Diario estuvo ayer con Morejón en Ibarra, donde la reconocen en las calles y le piden fotos. Sonriente, acepta. Pero es en su hogar, con los suyos, donde está más cómoda.

Los sueños de la dueña de tres medallas mundiales se agrandan en la pequeña habitación que comparte con su hermana de 10 años, María Belén. Ahí, con varios peluches, entre ellos un oso gigantesco, Glenda espera la hora de marchar a la gloria.

En China, Jefferson Pérez estuvo con la delegación, ¿qué representa eso?

Para mí es motivación grande porque es el único medallista olímpico que tiene el país.

¿Él le dio consejos?

Nos comenzamos a acercar más con Jefferson cuando me visitó después del Mundial 2017 (Nairobi, Kenia). Ahora me dio consejos de motivación y también de alimentación. Yo vi en un documental que a él le había ido muy mal en un Mundial Juvenil porque no tenía apoyo y su comida se hacía con lo que le alcanzaba a su mamá. Jefferson sufrió desnutrición y eso le afectó en la prueba. Empezaron las críticas, pero él se levantó. Luego, en un video contó que tomó todos los recortes de prensa donde lo criticaban y los pegó en su cuarto, y fue ahí donde sacó fuerzas y se mentalizó en ganar. Y lo hizo en Atlanta 1996 (en JJ.OO.).

¿Ve reflejada su historia personal en la de Jeff?

Parecen historias vinculadas, solo que con años de distancia. Su mamá (María Lucrecia Quezada) trabajaba en un mercado de Cuenca. Mi madre igual, pero en Otavalo. Su padre falleció; el mío me da consejos. Hablamos de eso con Jefferson y me dijo que la diferencia es que tengo a mis padres y que ellos me han visto competir. En cambio, a él no. Su madre es invidente y su padre murió cuando él era pequeño. Yo sueño con llegar a ganar una medalla como él y que la historia se complete.

¿Hay más presión al tener tres medallas mundiales?

La verdad, no siento presión. Más bien estoy feliz de representar a Ecuador. En todo momento, cuando compito, pienso en mis padres y en mis compatriotas. En los certámenes internacionales me siento muy fuerte. Me gusta enfrentar a chicas de países que son potencias y lograr demostrarles que Ecuador también puede.

Pasó de la sub-18 a la sub-20, ¿cómo lo toma?

Como dijo mi entrenador, no debo forzarme porque hay algunos marchistas a los que les ponen más kilometraje, a pesar de que no corresponde a su edad, y acaban su carrera, pese a ser buenos.

A diferencia del 2017, ¿ahora tiene el apoyo de algunas instituciones?

Sí, ahora tengo el apoyo del Ministerio del Deporte; la Federación Ecuatoriana de Atletismo se encarga de transferirnos el dinero. Además, me ayudan Nike, Crisfe y Football Factory.

¿Es verdad que un asambleísta la ayudó?

Sí, es verdad. Me ayudó económicamente en el 2017, pero ahora veo en las redes sociales que por ese apoyo he logrado esto. Sí, le agradezco, pero no me pareció bien que lo haya publicado. Pensé que todo lo hacía de corazón.

¿La organización en China le dio un premio económico por ganar medalla de plata?

Era para atletas de élite, de 20 km y 50 km por medallas individual y en equipo. No recibimos nada nosotros.

Antonio Valencia siempre la elogia en redes sociales. ¿Conoce al capitán del Manchester United?

No, pero espero conocerlo. Él es el dueño de Football Factory y quisiera agradecerle de forma personal su ayuda.

¿Entrenar en Ibarra ayuda a aprovechar sus aptitudes?

Sí, para ir a China nos concentramos acá. Además, por mis estudios sigo acá y me ha ido muy bien. Lo más importante es el esfuerzo en las prácticas. No importa dónde estemos, sino las ganas que le ponga uno.

¿Pero desde Ibarra puede cumplir el sueño olímpico?

Sí, si trabajamos como hasta hoy, sin descuidarnos de nada. Pero es el momento de formar un equipo multidisciplinario con médico, nutricionista y traumatólogo. Así deberíamos ir a los próximos torneos.

¿No hay posibilidad de ir a entrenar en Europa?

El próximo año tendremos que salir y sí sería bueno hacer campamentos allá para ganar experiencia. Van marchistas que son campeones del mundo con quienes se comparten experiencias.

¿Puede ayudar a mejorar sus marcas ir a Europa?

Sí, conozco a Érick Barrondo. Es el marchista guatemalteco que ganó medalla de plata en los Juegos Olímpicos 2012. Él cuenta su experiencia de ir allá y dice que sí le sirvió.

El Mundial de Atletismo Sub-20 en Finlandia será en julio, ¿hay diferencias de que sea en pista y que en China haya sido en ruta?

La verdad no me importa si es en pista o ruta. Lo importante es que voy a ir y dar todo de mí y más ahora que me quedé con un poco de pica porque (la mexicana Alegna González) me ganó al final de 10 km. Voy a Finlandia con todo.

¿Se la volverá a encontrar?

(Ríe) Sí, me voy a encontrar con ella y con todas las que estuvieron en China. Solo Dios sabe lo que va a pasar.

En China usted volteaba a ver a la mexicana qué ganó, ¿por qué no aceleró?

Sí, la regresé a ver, pero ella venía con todo. Intenté seguirla, pero ella tuvo más fuerza. Me saqué el aire con la japonesa (Nanako Fujii) y al final me faltaron fuerzas.

¿Cree que podrá ganar una presea olímpica?

Ese es mi gran sueño. Quisiera darle a Ecuador una nueva medalla olímpica (Pérez fue oro en 1996 y plata en el 2008). En mi mente está que nada es imposible, pero se necesita trabajo y constancia. A pesar de las dificultades, sí me veo en un podio olímpico. Eso sería lo máximo. (D)