En el Día del Trabajo: Oficios en vía de extinción alrededor del mundo

A propósito del Día del Trabajo, la agencia internacional de noticias AFP difundió una serie de retratos de personas realizando oficios que van camino a la extinción.

La tecnología, la globalización, el cambio de hábitos y consumos… son algunos de los motivos por los cuales algunos oficios van quedando en el olvido.

Más de 50 retratos de diferentes países del mundo muestran a relojeros, zapateros, digitadores en máquinas de escribir, operadores de ascensores, entre otros oficios ejercidos ya por pocas personas.

De Ecuador, se muestra un retrato de Delia Veloz, una mujer de 74 años que trabaja lavando ropa. Posa junto a las prendas secándose en la lavandería municipal del barrio Ermita, en Quito. Esta mujer de cabello canoso ha sido lavandera por más de 50 años y gana alrededor de cuatro dólares por día.

De Colombia, muestran a José Díaz, un hombre de 66 años que muestra sus herramientas de cantero, un artesano de la cantería, un oficio extremadamente arduo que consiste en extraer piedras de una cantera y, en ocasiones, labrarlas para las construcciones.

No solo personas mayores ejercen trabajos que pronto podrían desaparecer. En Brazil, Mario Olavo Campanha, de 36 años, es propietario de una tienda de alquiler de videos. Su historia es curiosa ya que él adquirió el negocio apenas hace dos años, cuando se dio cuenta de que en el barrio Lapa, en Río de Janeiro, a los vecinos de ingresos medios/bajos les cuesta adaptarse a la tecnología y prefieren acercarse a una tienda y alquilar películas con su asesoría personal.

De Río de Janeiro también se muestra la historia de Lizie da Silva, de 49 año, operadora de ascensores desde 1997. Ella trabaja en el Centro Cultural del Banco de Brasil.

En el viejo continente, jóvenes y adultos mayores luchan contra el paso del tiempo. En Egipto, el artista Mohamed Fawzi Bakkar se dedica a crear marionetas. Tiene 32 años pero su técnica y estilo data de siglos atrás. Mantiene su taller vendiendo a personas que disfrutan de las marionetas clásicas.

En Belgrado, capital de Serbia, Dragan Dragas lleva cinco décadas en su tienda de reparación relojera. Tiene 70 años y heredó el negocio y sus conocimientos de su padre, que abrió la tienda en 1956.

En Hong Kong, el fabricante de letreros de neón Wu Chi-kai posa en el taller donde fabrica letreros de neón. Él es uno de los últimos artesanos de su tipo en una ciudad donde la oscuridad nunca cae realmente gracias al brillo de 24 horas de una miríada de luces.

Como ellos, hombres y mujeres alrededor del mundo continúan ejerciendo oficios que resultan cada vez más raros, algunos dentro de locales que parecen detenidas en el tiempo. (I)